miércoles, octubre 26, 2005



Palomita Blanca
Este artículo/post se genera desde un viejo procesador de textos. En rigor de verdad añoro el Word for DOS, donde uno escribía a dos manos, sin tanto requerimiento de hard, y sin el maldito mousse.

Vuelvo al título del “artipost”. Resulta que allá por los 90’ hube de laburar tendiendo redes en un estudio de abogados grandecito. Como todos los laburos, lo mejor que me llevé de allí fueron las experiencias compartidas con un selecto grupo de personas.
Allí tuve la ocasión de conocer una persona que se dedicaba a liquidar sueldos, y analizar los gastos de las facturas telefónicas, ya que este estudio trasladaba los costos de sus llamadas telefónicas internacionales a sus clientes. En medio de esta maraña administrativa, y seguramente potenciada por salir de tamaño tedio, Verónica Paloma manifiesta su interés por cursar periodismo en TEA. Uno que es medio pirucho, la alienta a seguir, y la mina redescubre su potencial profesional.
Unos ocho años atrás cuando estabamos por mudarnos de un depto. a otro nos viene a visitar Palomita. Con su cámara de fotos registra el bolonki de la semana previa a una mudanza.
En medio de tal desbole, ella registra a Tina y Chucho saltando en la cama de sus viejos [nosotros], y hasta nos fotografía cebando mate y conversando con Alejandro [su pareja de aquel entonces].
Cuando estaba al partir, detecta una cámara descartable, y pregunta que tiene. Así como quien no quiere la cosa, le explico que es de Chucho, y que probablemente en medio de la mudanza fuera a perderse. Pide permiso para llevársela y mandar revelar las fotos. “Por supuesto, llévatela. Nosotros jamás las ibamos a revelar”.
Al tiempo y con motivo de un cumple mío, reaparece Paloma, ya ubicados nos en el depto. del General Miguelito de Azcuénaga y Peña. Sorpresa: trae las fotos reveladas. Para nos, resultaban simpáticas, más Paloma agregaba detalles tales como: las fotos había salido en foco [y sin atisbo de movimiento alguno], y los planos que esencialmente iban de la rodilla para abajo, eran el punto de referencia del pequeño fotógrafo. Digamos esa era su realidad.

Tamaña lección me llevé, pensando que aquel rollito era insignificante, cuando en rigor de verdad era todo un documento/manifiesto del pequeño Benjamín.

Hoy Paloma escribe y también labura con fotografía. La foto de Korda fue tomada por ella y publicada en Página 12 con su respectivo reportaje. Atrás quedó el tiempo de parir entre sueldos y pulsos telefónicos. Cambia todo cambia.

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