Bitácora devenida Golfista, temporal y afortunadamente. La sabiduría es ante todo conocimiento de si - proverbio chino.
viernes, julio 14, 2006
Conversaba con un amigo [el PP], y sale un tema recurrente: que el mousse, que la compu, que sin ella "no existís", etc.
Y Borello trae a colación una descriptiva anécdota. Resulta que su Viejo [Rodolfo] quería modernizar su oficio de escritor y PP ofició de asesor para adquirir una Mac.
El trámite no fue corto, ya que la compra de una mac-maquinola, veintipico de años atrás no era nada simple.
Concretamente la Mac fué a la oficina de Don Borello. Permanecía enfundada, hasta que un día, decidiose a sacarla de la cajeta, y colocarla sobre el escritorio.
Hizo los arreglos del caso y cuando vió el espacio que ocupaba, y que su vieja máquina de escribir se podía guardar parada, y ocupaba mucho menos espacio.
La ecuación resultante fué empaquetar nuevamente la Mac.
Tiempo atrás hubiese pensado que la actitud de Borello era poco entendible, hoy veo que fué un tipo sabio.
Y digo esto porque los dislates que ocasionan las maquinolas en personas no muy duchas con la tecnología trae como resultado dolores de cabeza [y de espalda] adicionales: virus, mensajes de correo electrónico no recibidos, o peor aún: enviados a destinatarios erróneos.
En definitiva esta herramienta no es tan simple de manejar como se suele pregonar. A tal efecto recuerdo un término de un gurú de la computación: Michael Dertouzos, quien creó un término irreemplazable para describir las máquinas y programas informáticos que nos complican la vida: "El Zoológico Informático".
Borello quizá sin estar enterado, y obedeciendo a su olfato optó por lo mas simple, y siguió creando y laburando como él sabía hacerlo.
En fin, no todos están forzados a subirse al carro internetiano/computable.
Personalmente sigo pugnando por la eficacia del DOS a la hora de eliminar virus, y el mousse me tiene patilludo, máxime cuando empieza a fallar.
Además me gusta usar las dos manos a la hora de escribir con el procesador de textos, y la inmensa mayoría nos confina a dejar una sobre el ratón.
Es allí cuando uno sin saber bien que hacer, entra a abrir miles de ventanas que se superponen y termina por autoconfundirse y desconcentrarse.
Por eso decimos que no es fácil domar las fieras del zoológico ...
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