El viaje al casorio en Alta Gracia fué la excusa perfecta para volver a ver gente y compartir un momento tan especial como la decisión de unirse dos personas y compartirlo con el resto.
Buen morfi, cientos de invitados, bailongo hasta el amanecer.
Tinto, fernet, carne asada, etc.
Amén del evento en sí, ya que pocos deciden formalizar pasados los cuarenta, me encontré con amistades de los años 70, y gente que no veía desde dos décadas atrás.
Reconfortante darse cuenta, que pese al paso del tiempo, el lazo establecido perduraba.
Ambas partes nos alegrabamos de reencontrarnos y sabernos vivos aún estando en puntos distantes del orbe.
Esta alegría da cuenta de un vínculo sólido, hoy cada vez menos frecuente. Pero posible.
La otra cosa interesante fue la del extenso viaje en bondy, donde se dió una sana convivencia y hasta las innumerables películas ofrecidas despertaban algún interés, o bien oficiaban de eficaces somníferos.
Resulta bastante mas ameno el traslado terrestre, uno va disfrutando el traslado.
Cosa que no sucede en absoluto con el avión.
era "HIDROPONIA" entonces?
ResponderBorrarYa me parecía que sonaba extraño, aunque muy pero muy novedoso,..... mas, esto de las relaciones carnales con un "vegetal" es bastante mas frecuente de lo que pensamos (juro que no lo digo por mi esposa) ...
que ni se te ocurra con una planta carnívora... ja ja ja...
la ultima:
como esra el nobre de la azafata?
FELIPE