Primera actuación de Tiger en el Masters: 1995

Así a la distancia parece increíble leer este artículo que publicara el periódico El Mundo de España, con la firma de Carlos E. Carbajosa.
En las apostillas del Masters que ganara Ben Crenshaw, hubo dos comentarios sobre novatos: uno para Brian Henninger, un novato invitado que arrancó la ronda final empatado en la punta, y otro sobre el por aquel entonces aficionado Tiger Woods.
Leed nomás.

Hoy es evidente el panorama. A 12 años de la anécdota, Woods demostró que la cosa era en serio, y no una mera nota de cortesía. Pese a la petulancia del caso, confieso [yo] hubiese escrito algo similar a lo de Carbajosa.

Tiger tiene un don [en realidad son varios], poseer una mente brillante, amén de sus condiciones físicas, y laburar planificadamente. Siempre se preparó para ganar. Hoy cosecha sus frutos.

Es una nota de color, para entender la dimensión que el californiano impuso al desarrollo del deporte.
No en vano el domingo último los aficionados Pablo Martín-Benavides y Luciano Dodda en Portugal y en Bahía Blanca, triunfaron sobre los profesionales.
Ese es uno de los "efectos Tiger", el perfeccionamiento de los jugadores, tanto amateurs como rentados, los palos, las pelotas, las canchas, etc. Wodds tiñe todo, por suerte en el buen sentido.

Veamos que nos decía Carlitos Carbajosa el lunes 10 de abril de 1995:
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El osado.- Incluso después de haber finalizado el Masters muy lejos del campeón, el participante más joven, el debutante Tiger Woods, que comenzó a jugar a los tres años de edad, fue así de osado: «Creía que iba a ganar el torneo. Sí, ya sé que Crenshaw me sacaba 15 golpes, pero lo único que tenía que hacer era estar muy acertado». Sin saber si estaba o no tomando el pelo a los periodistas, este estudiante de Stanford, campeón amateur del U.S. Open, se despidió, «hasta el año que viene».

Pero antes de marcharse entregó una carta en la casa club, cuyo texto fue filtrado por los organizadores: «He aprendido mucho esta semana en Augusta. Este Masters ocupará siempre un lugar en mi corazón. Aquí he dejado de ser joven para convertirme en un hombre. Por todo ello, siempre estaré en deuda con ustedes», escribió Woods, que deberá hacer algo más que escribir cartas de agradecimiento para volver a ser invitado.