Un lingüista formuló a mediados del s. XX una distinción entre conceptos clásicos: la oposición entre competencia y actuación.
Siguiendo sus pasos, invita a distinguir el conocimiento implícito de la lengua (la competencia), de la utilización que hacemos de ella en cada situación real y concreta (la actuación).
Competencia es el conjunto abstracto de reglas gramaticales que comparten los miembros de una comunidad lingüística; la actuación, en cambio, es el conjunto de reglas que usa un miembro de esta comunidad en un acto lingüístico determinado.
Krashen plantea que compentencia es el código escrito, el conjunto de conocimientos de gramática y lengua que tienen los autores en la memoria; y la actuación es la composición del texto, el conjunto de estrategias comunicativas que utilizan los autores para producir un escrito.
La competencia es el saber, y la actuación es el saber hacer.
El código escrito es el conjunto de conocimientos abstractos sobre una lengua escrita que tenemos almacenado en el marote. En general, no somos conscientes de su presencia. Contrariamente, el proceso de composición está formado por el conjunto de estrategias que utilizamos para producir un texto escrito. Estas estrategias son la suma de las acciones realizadas desde que escribimos algo, hasta que damos el visto bueno a la última versión del texto.
¿Quién será el lingüista aludido?
...Ja!
ResponderBorraryo ya no lo llamaría "lingüista"..más bien diría de él q es un librepensador..o , por q no..un buen descarado lengua larga más allá del bien y del mal!!!
genius.