miércoles, noviembre 04, 2009

Ray, las ovejas y el e-mail

Raymond Tomlinson, de 68 años, premio de Investigación Científica y Tecnológica gracias a la invención del correo electrónico y comparte el premio con el inventor del teléfono móvil, Martin Cooper , un señor muy amable al que conoció a su llegada a Oviedo.

"Marty es un gran tipo. Aunque ya le he dicho que yo no tengo móvil. Me considero un tanto ludita (movimiento obrero de principios del XIX que se oponía a la tecnología porque competía con los trabajadores)".
¿Sorprendente? Acaso lo sea más que Tomlinson no pueda responder a la pregunta de qué hizo el día de su particular descubrimiento, cuando decidió, durante el desarrollo de un proyecto embrionario de la creación del primer e-mail , que la @, ese signo tipográfico dejado de la mano de Dios que indica una medida de peso (la cuarta parte de un quintal), podría servir para organizar la correspondencia en la era cibernética.

"Me han preguntado más de una vez la fecha exacta. Todo lo que puedo decir es que fue entre junio de 1971 y enero de 1972. Supongo que no calibré la importancia de mi ocurrencia".

Ya está claro que Tomlinson no es el típico emprendedor de una empresa puntocom. Vive en Massachussets, y no en el soleado Silicon Valley, es evidente que la arroba no le hizo rico y lleva más de 30 años en la misma empresa, BBN .

En todo lo demás, a Tomlinson le embargan las mismas preocupaciones que al resto de los mortales usuarios de correo electrónico.
"Recibo unos 150 correos electrónicos al día, que son demasiados. Me acosa el spam y me preocupa la seguridad. Si tengo que mandar algo importante, usaría el correo ordinario. ¡Y eso que no he enviado una carta desde hace 35 años! También me incomoda la mala educación en los correos. Es demasiado fácil malinterpretar el tono de un e-mail".

Antes del final, explica otro proyecto.
"Nos quedaremos unos días en Asturias. Mi hobby es la cría de ovejas. Y estoy viendo cómo cruzar especímenes europeos con americanos".
Efectivamente, no es el típico emprendedor de las puntocom.


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