martes, diciembre 28, 2010

Leningrad

En tiempos navideños, I Sat sigue dando que hablar.
Su programación, exige que uno esté atento, porque cada pieza forma parte de un preciso engranaje.
Hoy 28 de diciembre entre las 15 y las 17 hs. pasaron el film de Alexander Buravsky: Leningrad.
Y no fue una broma del día de los inocentes, por cierto.
El tema se refiere al sitio que sufrieron los rusos, durante la Segunda Guerra Mundial, allá por 1941, que se extendería hasta 1944. El bloqueo no permitió que la ciudad fuera abastecida normalmente, llegando a situaciones extremas, dentro de la misma sociedad civil. Se calcula que hubo mas de un millón de muertos entre los civiles, un tercio de la antigua San Petersburgo.

El director logra plasmar el clima, y a medida que avanza el crudo invierno ruso, la velocidad de la pelicula desciende como el caminar de los humanos. Poco mas que se percibe el viento y el ofri, pese al verano austral que nos acomete.
La historia de una periodista que queda "atrapada" pasa a un segundo plano, y entra en juego el factor humano. El mercado negro, las colas por el racionamiento, las dietas que deben reducirse hasta llegar a su mínima expresión. El dolor de la muerte inminente, y en el medio, las alianzas que se tejen tácitamente entre las personas, con tal de sobrevivir.
Para esto tuvieron que establecer una ruta conocida como el camino de la vida, marchando a través del lago Ladoga, sobre sus pequeñas capas de hielo. Esto tuvo lugar en noviembre del 41, y fue una verdadera odisea. Fijaos bien merced al acercamiento que nos brinda el servicio de Maps.

Ver mapa más grande
Finalmente, es destacable como cuesta conseguir información acerca de directores que no provienen del sector convencional.
Probad recabar info sobre Alexander Buravsky, no es un desafío, sino una invitación.
¿Quién maneja la información?
"Information is power", afirma Dwight Schrute, el asistente del director regional de The Office.
Volvemos a Leningrad, y el film tiene la poesía de los rusos, un tempo distinto, detalles en cosas pequeñas. Y la belleza de estar hablada en ruso, alemán e inglés. Los carteles, en ruso, como Dios manda. Recomendación de Carpe Diem.

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