miércoles, abril 25, 2012

Arturo Cancela

Lo evocamos a 55 años de su partida, un 25 de abril de 1955. 
Lo extrañamos, ¡y como!
 
Arturo Cancela (1892 - 1957) nació en Buenos Aires. Narrador y dramaturgo, abandonó los estudios de medicina e ingresó en el Instituto del Profesorado Secundario, ejerciendo después el periodismo.
En colaboración con Pilar de Lusarreta escribió varias piezas teatrales.
El carácter más significativo de la obra de Cancela está dado por el humorismo que resulta casi siempre de su realidad circundante y consiste en subrayar una parte de esa realidad que, en apariencia, nada tiene de sobresaliente.
De la misma manera, subrayando una actitud, el comportamiento de un personaje crea un tipo. El carácter esencial de este humorismo lleva implícito una crítica en la que se entrevé, en la mayoría de las veces, una moraleja.

Sus Tres relatos porteños (1922) expresan, aun siendo éste su primer libro, todos los recursos humorísticos, todas las observaciones que reaparecerán luego en la obra de Cancela, situadas en un determinado lugar —Buenos Aires—, elemento fundamental para su punto de observación como narrador y humorista. La unidad de este libro, más allá de sus procedimientos y lenguaje, de la descripción de personajes y situaciones de cada uno de los relatos, se advierte en una parecida actitud para abordar esos tres momentos que reflejan otros tantos instantes de la sociedad y el tiempo observados.

En cuanto a la crítica que implica su humorismo, es evidente también esa misma unidad. En el primero de los relatos, "El cocobacilo de Herrlin", ella aparece como denuncia a instituciones consagradas, a males burocráticos, a actitudes solemnes cuya ambigüedad el humorista subraya con certeza. En el segundo relato, "Una semana de holgorio", que alude a los sucesos de la Semana Trágica de 1919, crítica y humorismo se unen para mostrar no sólo aspectos ridículos o absurdos de ese momento, sino que enfocan, con ángulo preciso, las situaciones trágicas que, desde ese ángulo, sobresalen con sus aristas grotescas. En el tercer relato, "El culto de los héroes", Cancela reitera ese procedimiento para señalar lo fatuo y vano de ciertas actitudes pretendidamente aristocráticas, pero esta vez en un tono menor, irónico, adecuado al tema.

Estos tres relatos inician, por su mismo carácter, una serie de obras que se continúan con una misma actitud en el resto de su producción. Así, la Historia funambulesca del profesor Landormy (1943) encierra en una estructura novelesca ese desfile de personajes y situaciones características de Cancela, y todo lo esbozado en sus relatos aparece en esta novela desarrollado pero sin olvidar la estructura de relato seriado con carácter independiente.
Muchos de los procedimientos humorísticos de sus relatos están dados a través de su lengua: las ambigüedades, incertidumbres de personajes o situaciones, se reflejan también en sus procedimientos expresivos.
Con toda su obra, Cancela da una visión de su país y de su tiempo, expresada a través de tipos, visión que responde aún a la realidad observada y que sobrevive gracias a las cualidades de su humorismo.
 

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