lunes, diciembre 10, 2012

La vida es un soplo

Grandes poetas se llamaron Oscar.
Dos de ellos crecieron en Brasil,
e hicieron poesía, aún sin escribirla.

Uno se apellido Alemán,
y creció en las calles de Santos.

El otro Niemeyer,
y vivió en Rio de Janeiro.

Música y swing nos trajo el primero.
Armonía y un mundo mas habitable,
nos procuró el segundo.

Es bueno evocarlos,
mantenerlos vivos,
recordar sus enseñanzas,

Y repensar cual será la distancia
mas corta entre dos puntos
una recta, u otra forma geométrica?

No están Albert, ni Oscar,
y ahora, quien podrá salvarnos?

(Quizá el buen Pepe?)
En todo caso, y siempre
La vida es un soplo,
como la sembradora de Larousse,
o como la monumental obra del buen Niemeyer.

Soplar no es fácil,
ni para sembrar,
menos para hacer botellas,
y ni que hablar para proyectar.

Soplemos fuerte desde el alma,
con deseos de buenos sueños
para hacerlos realidad.

De allí, la belleza del hálito cotidiano.
Fuuuuhhh


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