Si en el universo del rock existe la perfección, Steely Dan estuvo cerca varuas veces de la misma. Pero la perfección es un objeto misterioso y frágil. Quien la persigue debe conformarse con poco: un acorde, un ambiente, un sueño, alguna frase, un instrumento entonado. Y después, nada más.
Mientras Steely Dan tuvo presente este desafío, su historia fue un éxito, con discos de oro y de platino, puntuales citas con las listas de éxitos americanas y una popularidad en las fronteras del mito.
Pero es difícil, quizás imposible, ser músicos de rock como han sido los integrantes del dúo Steely Dan. Lejanos, inalcanzables, encerrados en el mundo de los estudios de grabación y del perfeccionismo como Pink Floyd, (y quizás más aún), Steely Dan ha sido el prototipo de una nueva generación de músicos puntillosos, empeñados en la búsqueda de la "canción perfecta, absoluta".
Durante los setenta, el rock vivió momentos creativos de alto nivel gracias a ellos: distintos, lunáticos, y necesarios.
Steely Dan nació como grupo a finales de los años sesenta en la Bard University, al norte de Nueva York, al conocerse dos tipos apasionados por la música y la literatura: Walter Becker (nacido un 20 de febrero 1950), bajista, y Donald Fagen (nacido el 10 de enero de 1946), tecladista y cantante. Que los unía: amaban a William Burroughs (se inspiraron en un personaje de la novela 'El almuerzo desnudo' para el nombre del grupo), y escribían canciones fenomenales.
Durante un tiempo tocaron en el grupo Jay & The Americans, pero después firmaron un contrato como autores para ABC gracias al interés de Gary Katz, que se convirtió en amigo suyo y, más tarde, en su productor.
Luego se trasladarían a Encino, California, y empezaron a trabajar para el mundo del cine (su primera banda sonora fue para una película de Zalman King 'You gotta walk it like you talk it', de 1971) y para la industria discográfica.
Pero las canciones de la pareja no tenían mucha suerte, y ello les empujó a consolidar la unión creando la marca Steely Dan, que desde un principio no pretendía ser un grupo exactamente, sino un ente creativo.
Para completarlo, llamaron al guitarrista Jeff Baxter, al batería Jim Hodder, al guitarrista Danny Dias y al cantante David Palmer.
De esta manera, llegó su debut en disco, titulado 'Can't buy a thrill' (1972), que, en el transcurso de pocas semanas, se convirtió en un asombroso éxito en todo el mercado norteamericano, poniendo en órbita a Fagen y Becker.
Atmósferas brillantes, textos irónicos, sonidos perfectos y una pizca de jazz son los ingredientes de la mezcla explosiva que Steely Dan hicieron estallar (perfeccionándola cada vez más) durante todos los años setenta.
Entre las canciones de este álbum aún hoy merece destacarse la bellísima 'Do it again' (un verdadero clásico) y 'Reelin' into the years'.
En 1973 se repitió el éxito con el álbum 'Countdown to ecstasy', realizado con un grupo integrado por nuevos músicos.
Palmer se fue, dejando vía libre a la voz de Fagen.
Con canciones como 'Bodhisattva', 'My old school' y 'Show biz kids', el grupo repitió su escalada a las listas de éxitos basándose en el sarcasmo, la crítica de costumbres y las bromitas sobre las manías (sobre todo orientales) de esa época. Precisamente en ese período el grupo realizó sus últimas actuaciones en directo y se dedicó a profundizar en las técnicas de grabación.
Esto les llevó a la realización de 'Pretzel Iogic' (1974), y el regreso a Nueva York, ciudad que les ofrecía (muchos) más estímulos. Muchas de sus canciones son fruto de una atenta observación de la gente de las calles de Nueva York, hay algo de historias personales asfixiadas por el cemento, con corazones arrollados por la velocidad de los automóviles (y de la vida!).
La cadena de canciones de éxito se agrandó con 'Rikki don't loose that number' y 'Any major dude'. Además, asomó su pasión de por el jazz de los años cincuenta, con una nueva versión de 'East St. Louis toodle-oo', de Duke Ellington.
En este momento el grupo dejará de existir como entidad ampliada y sólo permanecerá vivo gracias al restringido núcleo creativo de Becker y Fagen (Jeff Baxter ingresó en The Doobie Brothers).
Sintiéndose más libre, Steely Dan afiló aun más la pluma en su música, y en 1975 nació el álbum 'Katy lied', seguido al año siguiente por 'The royal scam', ambos realizados con óptimos músicos, como Jeff Porcaro, Hal Blaine y Larry Carlton. En el disco no faltan apuntes amargos, presentados de forma brillante y decidida, sobre la realidad de los inmigrantes portorriqueños.
Por fin, en 1977, llega la que es considerada por la mayoría como la obra maestra absoluta del grupo: se trata de 'Aja', álbum en el que se mezclan de manera sublime las tensiones del jazz y el dinamismo del rock, el deseo de hacer canciones pegadizas y la pasión por la experimentación.
'Aja' es la síntesis de un largo trabajo en estudio con músicos como Rick Marotta, Chuck Rainey, Victor Feldman, Jim Keltner, Tom Scott (arreglador de vientos) y Larry Carlton. Canciones como 'Aja', 'Black cow' y 'Josie' son de las más logradas del dúo.
En 1978 publicó 'Greatest hits', álbum doble que incluye también el tema 'FM', que Steely Dan había compuesto e interpretado para la banda sonora del film homónimo.
En ese momento, el grupo cambiaría de compañía discográfica, firmando con MCA, y empezaría a laburar en un nuevo trabajo, que sería casi un mitodel rock, sujeto a innumerables retrasos por la manía de perfección que parecía haber contagiado al grupo.
'Gaucho' (1980), bello y perfecto, es el súmmum de Steely Dan.
En 1982, Donald Fagen rompió el silencio, publicando el inmejorable trabajo 'Nightfly', un disco intenso y refinado en el que él se expresa en primera persona (sometiéndose incluso a las giras promocionales como nunca había hecho antes). "'Nightfly' es un álbum personal -dice Fagen-, sin duda más desenvuelto y diferente que las viejas cosas que realicé con Steely Dan".
El disco oscila entre viejas atmósferas jazz y el sueño de una América ya desaparecida, cuando Fagen pasaba las noches escuchando radio y canciones de los cuarenta. Para grabar el disco, se valió de sesionistas como Larry Carlton, Marcus Miller, o Michael Brecker.
Feliz cumple Donald Fagen!
Para mi, cualquier fecha es oportuna para evocar conjuntos como Steely Dan, gente que sana con su arte.
Querido Quique: por casa anda la colección completa de los Steely, más algún compilado remasterizado. Una vez más coincidimos en los gustos. Grosos, si los hay, Feliz cumple Fagen y abrazo para vos y tu familia:
ResponderBorrarNéstor Rodríguez