viernes, febrero 29, 2008

Carpe Gellatti - columna del 22.2.2008

Ayer 21 de febrero se celebró el Día Internacional de la Lengua Materna.
Proclamado por la la UNESCO , en el 2000, busca promover el multilingüismo y la diversidad cultural, ya que las
lenguas son el instrumento mas eficaz para la preservación y el desarrollo de nuestro patrimonio cultural.
A su vez promover la difusión de las lenguas maternas servirá también para crear mayor conciencia sobre las tradiciones lingüísticas y culturales del mundo e inspirar a la solidaridad basada en el entendimiento, la tolerancia y el diálogo.

Parecía algo casi irrelevante, pero había gato encerrado: la lengua como facilitador de la comprensión.
En 1893 Alex Hutton fundaba la AFA [algo mencionamos en el Carpe Sarmientum], y hasta hoy la cosa sigue a las patadas..

Pero, un día como hoy hace 104 años [la garantía de un magiclick], se izaba el pabellón nacional en Orcadas, siendo el único país con presencia continua durante cuatro décadas.
Por eso, instituyose el día de la Antártida Argentina!

Sin embargo, la cosa no fué tan fácil. No es bajarse de un barquito, plantar una bandera, y listo: todos a festejar!
Buceando un poquitín encontramos que hubo muchas personas involucradas en tareas realmente titánicas como esta. Sino fijemonos la epopeya del alferez José María Sobral, primer argentino que invernó en el blanco contienente con tan solo 21 años.
El entrerriano, egresado con el grado de alferez había regresado del viaje de estudios en la fragata Sarmiento, se postuló a la convocatoria del gobierno para acompañar la expedición del sueco Otto Nordenjskold. En total serían cuatro suecos y el argentino. Este tuvo tan solo cuatro días para conseguir ropa adecuada [que por aquel entonces y en estos lares NO EXISTÍA].

Los sucesos que siguieron son mediana/vagamente conocidos, el buque que los llevó [el Antarctic], y que iría a buscarlos quedó encajado en los hielos y naufragó, por ende, en vez de buscarlos luego de un invierno, debieron soportar un año adicional.
Zarparon en diciembre de 1901 y serían rescatados en noviembre de 1903, por la corbeta Uruguay.
Sobral viajó casi por imposición del gobierno argentino, los suecos debieron acceder como contrapartida de la provisión de víveres y combustible [kerosene y carbón]. José María dedicose a tareas de observación meteorológicas, y a una compleja convivencia, con seres cuyo idioma no manejaba, el sueco ..

El esfuerzo y tesón de estos expedicionarios es inenarrable: gente aguerrida, sin comunicación con el mundo exterior.
En sus apuntes, Sobral destacaba la soledad reinante, y como hechos imperceptibles, tal como la llegada de una mosca que anunciaba la proximidad de la primavera, eran motivo de alegría [!?].

En su vigésimo segundo cumpleaños a miles de kilómetros de su Gualeguaychú natal, apuntaba:
"Son las 2h 30m, estoy de guardia, una taza de té por delante.
Pienso en mi casa, en mis queridos viejos y hermanos.
A esta hora estarán durmiendo, tal vez mi madre despierta pensando en mi.
Con cuanto gusto estaría a su lado para abrazarlos. Hoy es mi cumpleaños...
Cumplo 22. Por esta misma razón pienso que mi madre está despierta pensando en mi. Cuanto deseo verlos!. Pero me conforma la idea que para sentir la dulce sensación de verlos después de mucho tiempo tiene que suceder la separación, tiene que suceder este sufrimiento. El que no sufre no puede experimentar el placer de dejar de sufrir... el viento sopla en borrascas... todo el resto del día fue muy feo es uno de los días más desagradables que he pasado".


Sin embargo a su regreso, ni el gobierno ni la marina le dieron cabida a una figura como la de Sobral, motivo por el cual viajó a Suecia, se recibió de geólogo, formó su hogar en Upsala y tuvo nueve hijos. En
1914 regresaría al país. Fue el primer geólogo argentino con título universitario y el mejor petrólogo a nivel mundial de su época.

Su obra "Dos años entre los hielos"
concluye con estas palabras :

"El hombre nunca debe contentarse con la victoria adquirida;
el éxito no solo no debe ofuscarle sino que debe darle nuevo aliento para atacar lo más difícil,
porque precisamente en eso se encuentra el placer de la vida."

Helado hasta el túetano, Quique F.

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