1º El Primero de Mayo es el día de la “Llama Violeta” del “Perdón”.
Acuérdate de aquella pareja que tuviste y amaste tanto, pero de la que te separaste de y con la que quedaste en malos términos; llámala y perdónala, o pídele “Perdón”.
Es el momento de recordar ese familiar cercano o distante con quien no te has llevado bien o peleaste, pero que por ser familiar lo has tenido que aguantar y ahora estás distanciado de él, no lo llamas; llámalo, perdónale su forma de ser y pídele perdón por ser como eres, aunque te creas perfecto.
Trae a la memoria aquel amigo con quien compartiste tantas vivencias, aventuras, risas, travesuras, y un día, por un motivo tuyo o de él, lo comenzaste a ignorar o suspendiste la relación; búscalo, perdónalo si te hizo algo, o pídele Perdón si le hiciste algo a él.
Ese maestro que te enseñó cosas con su verbo o a través de sus escritos, muchas o pocas, y ahora que crees saber un poco más que él, le ves defectos, le acusas fallas, le encuentras inexactitudes, te parece que no actúa correctamente, llámalo y perdónalo de todo lo que creas que merece ser perdonado, y pídele Perdón si has sido injusto con él.
El “gran mal”, la “gran herejía”, es la separatividad. La separación viene por diferencias entre las personalidades, falta de tolerancia, y esto es ausencia de Amor y Perdón.
Mientras estemos separados de alguien siendo nosotros la causa de la separación, no adelantamos un ápice en la espiritualidad.
Destrabemos la energía; llamemos y perdonemos, o pidamos perdón. “Te Perdono”. “Perdóname”.