De su obra, personalmente creo irreemplazable el ciclo "Caloi en su tinta". El conductor tomaba de la mano a los telespectadores, y nos contaba yeites de autores de todo el mundo y de técnicas diversas de animación.
Infinidad de dibujantes checos, bulgaros, holandeses, suizos o norteamericanos y otros rasgos y técnicas empezaron a ser familiares para la audiencia, descubríamos que el mundo no terminaba ni en la General Paz, ni en el Río de la Plata o el Océano Atlántico.
Hizo gala de muchos chistes, al mejor estilo Walter Lantz, creador del Pájaro Loco, para hablar con los personajes, o ser borrado a medida que discutía con el supuesto dibujante. Personalmente, el hecho de difundir obras de otros autores, es un laburo poco convencional para un dibujante.
Localmente, su personaje Clemente se devoró gran parte de su obra, y logró hacerse popular en una época extraña, como fue la del Mundial 78. La mulatona, el hincha de Camerún y otros cantitos alcanzaron gran popularidad, alentados por el clima festivo futbolero de aquellos años contradictorios.
Habia estudiado en el Colegio Nacional de Buenos Aires, pero dejó sus estudios en 4° año. Se fue a dibujar y a los 20 años empieza en Clarín. Ya en Tía Vicenta, le había calzado los bigotes de morsa a Onganía. Desde aquella época dibujó incansablemente y fue reconocido por sus colegas.
Mas que Clemente, prefiero reconocer a Tute, como el legado que nos deja, un hijo humorista y (gran) artista.
Capítulo aparte para el velorio que se lleva a cabo en el Congreso de la Nación, es la primera vez que se velará un dibujante. Grata iniciativa para un merecido adiós.
Infinidad de dibujantes checos, bulgaros, holandeses, suizos o norteamericanos y otros rasgos y técnicas empezaron a ser familiares para la audiencia, descubríamos que el mundo no terminaba ni en la General Paz, ni en el Río de la Plata o el Océano Atlántico.
Hizo gala de muchos chistes, al mejor estilo Walter Lantz, creador del Pájaro Loco, para hablar con los personajes, o ser borrado a medida que discutía con el supuesto dibujante. Personalmente, el hecho de difundir obras de otros autores, es un laburo poco convencional para un dibujante.
Localmente, su personaje Clemente se devoró gran parte de su obra, y logró hacerse popular en una época extraña, como fue la del Mundial 78. La mulatona, el hincha de Camerún y otros cantitos alcanzaron gran popularidad, alentados por el clima festivo futbolero de aquellos años contradictorios.
Habia estudiado en el Colegio Nacional de Buenos Aires, pero dejó sus estudios en 4° año. Se fue a dibujar y a los 20 años empieza en Clarín. Ya en Tía Vicenta, le había calzado los bigotes de morsa a Onganía. Desde aquella época dibujó incansablemente y fue reconocido por sus colegas.
Mas que Clemente, prefiero reconocer a Tute, como el legado que nos deja, un hijo humorista y (gran) artista.
Capítulo aparte para el velorio que se lleva a cabo en el Congreso de la Nación, es la primera vez que se velará un dibujante. Grata iniciativa para un merecido adiós.
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