Merced a un inesperado mail oriental, retomo la obra del genial José Carbajal, el Sabalero, partido en octubre de 2010.
Se trata de una obra conceptual, intitulada "La casa encantada".
Allí, el Sabalero deja un pedazo de vida, su infancia, su Juan Lacaze, sus Viejos.
Un disco, para escuchar así de corrido. Los músicos que lo acompañan, realzan la obra del Sabalero, sus palabras, su poesía.
Preparaos, porque es probable, que asomen lágrimas. No de tristeza, sino de cierta saudade.
Mágica palabra, que evita el término bajón. Porque es una tristeza con alegría: los Viejos, otros tiempos, trasladarnos al mundo de la infancia. La inocencia de nuestra alegría infantil, en todas las circunstancias.
Recordar el cariño de los padres, al estilo de cada uno.
Las ganas de caminar, todo el trecho de vida que teníamos por delante. La relación entre hermanos.
Las plantas que había en la casa de la infancia. Los olores. Los laburos de los Viejos. La gente del rrioba.
Todo, nos remite a abrir la ventana, y dejar entrar ese mundo. Que lejos de ponernos nostálgicos, pese a alguna potencial lagrimilla, nos cargue las pilas.
Esa es la magia del Sabalero.
Porque el tipo escribe con el corazón en la mano.
No le pidamos maravillas musicales, pero con el poder de la palabra, hace que su obra sea única.
Una perla oriental, algo bien uruguayés.
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