Este 11 de febrero de 2016, se nos fue un groso de la radio. Un ser irrepetible, irreverente e inteligente: Omar Cerasuolo. Un tipo que marcó definitivamente mi amor por la radio, por la música y por hacer mezclas inesperadas.
Un ser que lograba que dejara de hacer lo que fuere, para ir a escuchar (devotamente) su audición: El Tren Fantasma.
Empecé a aprender música. Y mi cuore, empezó a latir en formato de dial. Eso gracias a un tipo que le puso voz, a una creación genial del productor y guionista Daniel Morano.
Omar hizo que la radio, se deslizara del dial, y anduviere por todos lados. Un maestro, literalmente. No en vano, su tarjeta rezaba: locutor y maestro rural.
Gracias infinitas Omar. El tren, tiene otro fantasma.
Comparto extracto de un opúsculo de esta bitácora, publicado en junio de 2007
El Tren Fantasma ..
Ese sí que fué un programa que marcó historias.
Lo sintonicé prácticamente desde el 78'. Iba los fines de semana.
Por aquel entonces, la FM era algo nuevo, no había muchas. Pero Radio Rivadavia, tenía la programación que uno podía retirar por la mesa de entradas de Pueyrredón y Arenales.
Emblemático y querido lugar, que me hace recordar al barrio de toda mi etapa escolar y de muchos años mas.
Esa esquina, quiso que Víctor Arriague, fuese el genial Doctor Pueyrredón Arenales, cuando acompañaba al Hetitor Larrea en "Rápidisimo".
Pero Omar Cerasuolo, el factotum del tren, hacía cosas insólitas: desde las promo "el Tren Fantasma .. una embajada en subida".
La música que sintonizaba allí era toda nueva: Madness, Los Ramones, The Clash, Bob Marley and the Wailers.
Recuerda Cerasuolo: "En esos años no teníamos computadora y todo lo hacíamos con un grabador de "Cuatro cabezas" y lográbamos uniones increíbles: Gardel con Los Beatles; Sandro con Pink Floyd y Elvis.
En ese momento se plasmaban hasta las tandas con artística, sistema que, con excepción de la Rock & Pop, hoy ha desaparecido. Allí estaban como ayudantes Luca Prodan, Miguel Abuelo, Pipo Cipollatti y Andrés Calamaro".
El tren fantasma: ¡todo un lujo!
Hoy contamos con un arsenal de medios a disposición, pero huelgan las genialidades.
¿Será que tanto las editoriales [y las letras], como el dial tienen sed de reallity?
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