lunes, octubre 17, 2005


Zurbaran y sus sorpresas

En su local de la calle Cerrito, expone José Alberto Marchi. Otro pintor curioso, con grandes influencias del arte sacro, y con un toque realmente curioso, tal como puede observarse en "Iluminadores de montañas". Una concepción particular de las cosas.
Marchi fue amén de docente, preceptor. Seguramente este trabajo lo ayudó a ver algunas cosas de las clases, que luego habría de plasmar en sus obras.
Trabajó también en el dibujo humorístico-publicitario y dió clases en la academia de dibujo de su cuñado [Carlos Garycochea].
Lo anecdótico, es que Marchi se preguntó varias veces por su condición de pintor, ya que no siempre las ventas producto de las exposiciones le dieron el sustento necesario. Afortunadamente esto pareciera ser parte de un pasado que no volverá.
Las expresiones de los rostros, son de una profundidad poco usual, el manejo de la luz es otra habilidad, y los planteos en muchos casos son surrealistas.
Un artista completo, y otro regalo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Anotadlo. ¡Paleta llena!

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