Cuando el pálpito toma forma. Los europeos iban por detrás en el marcador (6-4) al finalizar el sábado, pero los seis partidos que debían completarse permitían entrever que la situación era reversible. Los europeos ganaban en todos, pero había que completarlos, para llegar a los enfrentamientos individuales plenos, y henchidos de confianza.
El sábado, Sergio García, vicecapitán del equipo europeo, expresaba su deseo de que se pudiese seguir jugando de noche: "ojalá hubiese iluminación para hacerlo". La teoría afirmaba que detenerse beneficiaba a los americanos, que así podían reflexionar para intentar dar la vuelta esta derrota en los foursomes.
Se esperaba otra jornada maratoniana/dominguera, pero la lluvia dejó de nuevo el día resumido. El deseo de jugar desde la mañana pronto se esfumó; hasta las 14.30 el agua no dejó a los golfistas salir al campo. Porque en Gales, cuando llueve, lo hace sin piedad.
Aunque los europeos temían tanto tiempo detenido, el campo les puso en el borde de la perfección. Primero fueron Westwood y Donald, quizá los dos mejores del Viejo Continente, los que abrían el camino. Su encuentro de foursomes era el más avanzado y en el que más ventaja había.
Todo fue a mejor. Los ingleses humillaron a Woods, que nunca antes había perdido en la Ryder por tanta diferencia. A falta de cinco hoyos por disputarse, la ventaja ya era de seis y el partido estaba concluido.
Tras ellos, todos los demás. Los norirlandeses McDowell y McIlroy dieron cuenta de Johnson y Mahan en el otro foursome.
En los fourballs cada jugador tiene una bola, puntúa el mejor del equipo en cada hoyo Jiménez, que hacía pareja con Hanson, estuvo especialmente atinado para detener el potencial de Overton, que ha mostrado ser el americano más en forma. Harrington se deshacía de sus primeros golpes malos para dar el nivel que se le requiere a una estrella y ganar junto a Fisher su encuentro.
Poulter y Kaymer se aprovechaban del poco tino de Mickelson para también tomar el punto. Cinco encuentros, cinco victorias.
Sólo los hermanos Molinari tenían problemas en su encuentro. Cink y Kuchar los dominaban en el 18, pero un golpe genial de Francesco igualaba la contienda.
5,5 puntos de seis, Europa arriba 9,5 a 6,5.
La euforia era normal, con ganar cinco de los 12 individuales la Ryder saldrá de las manos americanas.
Si la lluvia lo permite, hoy los individuales empezarán a las 10.00 horas. Por primera vez en sus 86 años de historia, la Ryder tiene que jugarse un lunes. Hay también marcado un final, si a las 19.45 horas no se ha terminado la contienda, se repartirán los puntos que queden por jugarse. Europa lo tiene todo a su favor.
Y nosotros desde aquí, no solo lo ratificamos, sino que los alentamos. Trayendo a otros grandes como pa' musicalizar/alentar
El poder de la intención ...
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