En este mismo instante, dos manos semejantes
a las que tenés puestas donde se acaba el brazo
amasan el peligro, gatillan un balazo.
O encuentran una herida, con sangre que la irriga
como esa catarata, que vuelca tu corbata
En tanto que tus ojos, me ven que estoy cantando
y mientras tus orejas, se aflojan escuchando
hay ojos que revientan, o apuntan pero aciertan!
Y vuelan mil orejas, junto con las cabezas
de audaces inocentes.
Ahora exactamente, y ahora en otro lado
mientras con tu zapato, mi ritmo vas siguiendo
hay gente sacudiendo, sus botas en la marcha
Allí, sobre la escarcha de una mañana fría
quizá sin mediodía, quizá sin mediodía
Pero también ahora en un lugar distante
hay manos elegantes para premiar solapas
que clavan en los mapas sus uñas distinguidas
y sacrifican vidas, enviando regimientos
Manos que se lavan en desentendimientos
Pilatos de escritorio, los Cristos al combate,
mientras mi canto late, hay jóvenes ceyando
y yo lo voy sintiendo, por eso no termino
y escupo al asesino, y escupo al asesino
No importa de qué ismo, me cago en el totalitarismo
y en el imperialismo, y en el colonialismo
Los chicos van cayendo, y yo lo voy sintiendo
Manos duras que matan, manos finas que mandan matar
En este mismo instante, a un joven delirante
la muerte lo desgarra, la muerte lo desgarra
Y yo con mi guitarra
y ustedes, escuchando...
Tema fuerte que nos remite a Malvinas.
Lo curioso del caso, es que fue escrito antes de 1972, y por desaveniencias con el sello grabador (CBS) quedó grabado pero no se editó.
Con la irrupción (forzosa) del rock nacional (en los medios), coincidentemente con la invasión a las islas, el dúo vuelve a los medios. El tema se incluye sottovoce dentro de un disco, pero no se anuncia en los créditos.
La canción prende de inmediato entre el público que encuentra las palabras a lo que piensa, pero no se anima a decir por el ejercicio consuetudinario de la censura, que desemboca en la (aún mas) peligrosa autocensura.
Volvemos a la génesis de la canción. Fue escrita con motivo de la guerra de Vietnam, y adhería al movimiento antibelicista. Efectivamente, tan atemporal fue, que aplicaría perfectamente a este otro conflicto armado, sucedido años mas tarde. Por eso es un clásico.
Gracias a los autores, y al trabajo de ratón de archivo que ejerció el gran buceador de perlas "Alfredo Rosso", periodista que dio con este material (entre otros), y permitió rescatarlos del (peligroso y tentador) olvido colectivo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario