Casablanca es una película estadounidense de 1942 dirigida por Michael Curtiz.
Se trata de una historia romántica que se desarrolla en la ciudad marroquí de Casablanca bajo el control del gobierno de Vichy. Pero encierra varios metamensajes.
La película, está protagonizada por Humphrey Bogart en el papel de Rick Blaine e Ingrid Bergman como Ilsa Lund. La trama se centra en el conflicto de Rick entre el amor y la virtud: el protagonista deberá elegir entre su amada Ilsa o hacer lo políticamente correcto. Su dilema es ayudarla o no a escapar de Casablanca junto a su esposo, uno de los líderes de la resistencia, para que este pueda seguir su lucha contra los nazis.
Es un ícono de la cinematografía estadounidense, ganadora de varios premios Óscar, incluyendo el de mejor película en 1943.
El film contaba con actores renombrados y guionistas notables, pero ninguno de ellos esperaba que Casablanca fuese algo excepcional. Se trataba de una de las tantas producciones de la maquinaria hollywoodense.
La crítica alabó las actuaciones de Bogart y Bergman y la química entre ellos, así como la profundidad de las caracterizaciones, la intensidad de la dirección, el ingenio del guion y el impacto emocional de la obra.
La música (quizá el punto mas fuerte del film), fue escrita por Max Steiner , compositor que había saltado a la fama por haber compuesto la música de Lo que el viento se llevó.
Un gran momento es el «duelo de canciones» en que La Marsellesa compite contra un pequeño grupo de alemanes que cantan «Die Wacht am Rhein» (El guardia sobre el río Rín) en el piano.
Otras canciones incluidas son It Had to Be You, de 1924, con letra de Gus Kahn y música de Isham Jones. Y en una de las escenas en París, Rick e Ilsa bailan al ritmo de Perfidia.
El film fue exhibido por primera vez en el Teatro Hollywood de Nueva York el 26 de noviembre de 1942, para coincidir con la invasión de las tropas aliadas de la costa norte de África y la captura de la ciudad de Casablanca.
El estreno general fue un poco más tarde, el 23 de enero de 1943, para aprovechar la Cumbre Anglo-estadounidense, una conferencia de alto nivel entre Churchill y Roosevelt que se llevó a cabo en el Hotel Anfa, en la ciudad de Casablanca.
Esto hizo que la película lograse un efecto de acompañamiento del público en difíciles momentos de la Segunda Guerra Mundial.
La película obtuvo resultados económicos sustanciosos, pero no espectaculares.
La reacción de la crítica fue positiva en general, con la revista Variety describiéndola como «espléndida propaganda anti Eje»; más tarde diría Koch, «era un filme que las audiencias necesitaban... tenía valores... sacrificios dignos de hacer. Y lo mostró de un modo muy entretenido».
Otras revistas fueron menos entusiastas: The New Yorker la evaluó solo como «apenas tolerable». Por su parte, la Oficina de Información de Guerra de los Estados Unidos de América evitó su proyección a las tropas en África del Norte, porque creía que el filme podría causar resentimiento entre los partidarios de Vichy en la región.
«Play it again, Sam», es una de las frases más ampliamente asociadas con la película y, se trata en realidad de una cita errónea. En Casablanca, estando Ilsa por primera vez en el café, se da cuenta de que allí está Sam, el pianista, y le pide: «Tócala una vez, Sam, en recuerdo de los viejos tiempos». El finge ignorarla y ella le ordena « Play it, Sam. Play As time goes by ».
Sin embargo lo mejor vendría luego: así Casablanca se convirtió en un ícono de las historias de amor.
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