viernes, noviembre 10, 2017

Pequeñas caricias de la vida cotidiana - joven sostén

El daguerrotipo en cuestión fue registrado el jueves 9 de noviembre, cerca de las 14:30 en cercanías de la españolísima y porteña Avenida de Mayo y Santiago del Estero, a las puertas de lo que fuera el diario Crítica. Tanto me impactó, ver el crío en su inmutable concentración y banquillo pequeño e inamovible, que decidí fotografiarlo, costumbre inusual en mi persona.

Al día siguiente, volví a pasar por allí, antes de las 8 de la matina. Quise hablar con el dueño del puesto de revistas, pero opté por seguir raudamente a buscar mi compu, a metros del lugar, en vez de “perder el tiempo”.
Minutos después salí con mi mochila, para dirigirme hacia el obelisco, y volví a pasar por el lugar. Allí, (ya) no pude con mi vocación de buzo profesional de historias.
Tonce' acerqueme y hablé con la señora que estaba en el kiosco. Le comenté que ayer a la tarde, había un chico leyendo sentadito frente al kiosco, y le pregunté si era su hijo,
La dama me dijo que si, que había un pequeño leyendo, pero que no era su hijo, sino que ella lo cuidaba. Que a veces, el chico la acompañaba hasta el kiosco, y se la pasaba leyendo, y agregó “es muy buen compañero”.
Tanto me impactó su relato, y el vínculo, que me brotó mi felicitación, y que le hiciera llegar mis saludos al joven. Que con personas como esas, nuestro planeta, ya es mejor.

Por eso mismo, la instantánea, que tiene su impacto, es tan solo la punta del iceberg.
Creo que una imagen, no vale mas que mil palabras, sino que mil caracteres, mas una foto pertinente, configuran una historia que puede ser inspiradorAmén.


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