miércoles, febrero 12, 2020

De vuelta a casa

Evocación de un genial artista por Quique Figueroa - RadioViajero empedernido

Hay seres que pasan por la vida en forma silenciosa, discreta, y al mismo tiempo te marcan, sin que uno se de cuenta. Quizá a muchos no les suene el nombre de Lyle Mays: uno de los artífices de una gran revolución musical del siglo XX: lograr el sonido del Pat Metheny Group. Desde su piano junto a la viola de Pat, reinventaron el sonido americano en el sentido literal del término. Le dieron una vuelta de rosca de esas que no tienen parangón.
No en vano por esa mítica agrupación pasaron músicos americanos como Pedro Aznar, Naná Vasconcelos o el baterista mexicano Antonio Sánchez.
Uno de sus objetivos fue lograr otras melodías, que engarzaron fenomenalmente con la bossa brasileña, de la mano de unos arreglos impecables, originales y muy laburados.
Discos como Offramp, American Garage, First Circle, Still Life, Letter from Home, We live here o The Way Up, dan cuenta de un laburo colectivo inconfundible.

Localmente inspiraron a muchos artistas. Tengo presente a Los Músicos del Centro, que en 1980 grabaron una logradísima versión de James.

Esta agrupación fue una de las mas influenciadas por este sonido americano, casi on line, pero a miles de kilómetros, sin internet. En aquellos tiempos de El Tren Fantasma, y otros radioprogramas impares, el sonido del Pat Metheny Group sonó por infinidad de emisoras de FM, colandose en el gusto criollo. Haciendo que mucha gente aprendiera a degustar sonidos nativos, jazz, o la bendita fusión.

Mientras tanto, Lyle seguía en sus teclados, escribiendo arreglos, tallando la fusión, despojando notas innecesarias. Vaya si lo logró. Así lo acreditan estos discos, colaboraciones con otros músicos. En This is not America, asoman algunos de sus arreglos en la voz de David Bowie.

Algunos temas de Pedro Aznar cuentan con los inconfundibles arreglos de Mays.

Una de las grandes características de muchos de sus temas, es su ADN radiabile.
https://youtu.be/EciWe9eqViQDiría que son pocos, aquellos que no pueden formar parte de una cortina radial o de un separador. Eso dice mucho sobre la calidad de un compositor.
Si a todo esto le sumamos el interés de Lyle por la arquitectura, la matemática y el software nos preguntaremos de donde viene este interés por todo.
En 2016, se fue alejando de la industria musical, precisamente por el matrato de esta hacia los artistas en general. No tuvo drama, se fue a laburar en el rubro computable.

Un ser tan comprometido, que en el funeral la familia de Lyle invita a que en vez de flores, colaboren donando el monto a Caltech.

Gracias Lyle por la cantidad de cortinas que nos brindaste y por tu bajo perfil. Descansa en jazz!



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