viernes, abril 27, 2007

Héctor Germán

¿Podemos definir la obra de H.G.Oesterheld?
Seguramente habremos de quedarnos cortos.
Un guionista con grandes virtudes, un
geólogo comunicador, quien merced a su germen, impuso un nuevo método de comunicación [a través de la historieta], para llegar a un público MAS amplio.

Pero Héctor era mucho mas que el Eternauta.
Los míticos Ernie Pike y Sargento Kirk tenían su impronta, y mostraban algo mucho mas interesante: la vida de hombres de carne y hueso, que no siempre ganaban.

Kirk es un desertor del 7º regimiento de caballería estadounidense. Asqueado de lo que vive allí, se convierte en un desertor, y toma algunas posturas del gaucho errante, de Martín Fierro.
Ernie Pike es un corresponsal de guerra que relata batallas de la Segunda Guerra, un testigo privilegiado a partir del cual Oesterheld cuenta todo tipo de historias, y donde se filtra inevitablemente el humanismo del autor. Por eso presentaba la dimensión humana de los protagonista, independientemente de la pertenencia, la guerra no distingue buenos y malos, sólo cobra víctimas.

Su apuesta al Eternauta, tiene dos momentos:
El primero es en 1957, saliendo por dos años, mostrando una invasión extraterrestre, logrando un éxito memorable.
En 1969, realiza una nueva versión, acompañado con los trazos de Alberto Breccia.
Allí, la cosa es aún mas jugada: escribe no sobre un personaje, sino sobre un conjunto de personas, algo poco usual para publicaciones de aquella época. Salía semanalmente en la revista Gente, y debió ser levantada.

Además un año antes [1968] la Editorial Jorge Alvarez, inicia la publicación de una serie de biografías.
Entre ellas se destaca: Vida de El Che, con guión de Oesterheld y dibujo de Alberto y Enrique Breccia.
La censura del gobierno, retira el libro de la venta y secuestra los originales. Se logra distribuir en Chile.

Su postura no fué [siempre] la de un militante partidario, pero el crecimiento de sus hijas y la inserción de estas en Montoneros, llevaron al padre a participar en la organización. Es un caso atípico, donde las hijas marcan el rumbo del padre.
Pero en rigor de verdad, Héctor militaba desde su trabajo, haciendo opciones poco comprensibles [para el común de la gente], tales como canjear su profesión de geólogo por el oficio de guionista.

Si bien El Eternauta, tiñe el resto de su producción. Héctor Germán Oesterheld aún da mucha tela para cortar.


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