Hoy recordamos un nuevo aniversario del nacimiento de una figura de la historia, pródiga en hechos y controversias, el Domingo Faustino!
Amén de los achaques que uno pueda hacer, fué un tipo con una visión que lo trascendió en varios frentes. En la cuestión de expandir la educación, y fué mas allá. Al ser testigo de la primera transmisión telegráfica interoceánica en EE.UU., vislumbró los cambios que esto traería, e introdujo el telégrafo en la Argentina.
Horacio Reggini lo bautizó como el padre de internet en Argentina, al destinar fondos para la construcción del tendido de cables, haciendo uso de una partida destinada a caminos. Interpelado a tal efecto, su ministro de interior, Dalmacio Velez Sarsfield, esgrimió una defensa impecable, "los hilos telegráficos son el camino de la palabra".
Intuía la importancia de los medios. De hecho, llegó a solicitar al redactor de El Mosquito que lo incluyese en sus revistas, aunque sea para satirizarlo ..
Siguió batallando luego de dejar esta vida. La escaramuza se centró como un combate entre unitarios y federales.
Sarmiento hizo demoler la quinta de Rosas, ubicada en Palermo, e hizo alli un parque público, donde Charles Thays daría lugar al magnífico Parque 3 de febrero, denominación que alude a la caída de Rosas en la batalla de Caseros.
Por ende, la cosa venía de pique.
Sarmiento proyecta el Zoológico y el Jardín Botánico, y a espaldas de estos, hacia el río, el imponente parque de unas 400 has.
Muere en 1888, y para 1900, se inaugurará el monumento a Sarmiento encargado en 1895, pagandole a Rodin 75.000 francos.
Hubo mucha expectativa en esta inauguración, el lugar de emplazamiento fué justo encima del lugar donde estuvo en algún momento la quinta de Rosas, que fuera dinamitada. Todo un gesto!
La tensión entre unitarios [sarmientinos] y federales [rosistas] persistía, de hecho hubo una campaña contra el Monumento alcanzó tanta violencia que fue necesario ponerle custodia para evitar que se lo dañara, y hasta se pensó en levantar otro Monumento.
Durante los meses siguientes a la inauguración, la prensa periódica registró en sus páginas distintas controversias, entre ellas la célebre polémica entre Eduardo Schiaffino y Paul Groussac, el francés que fue durante cuarenta años Director de la Biblioteca Nacional.
Rodin, desde París, siguió atentamente el affaire Sarmiento que reprodujo en nuestros pagos el affaire Balzac.
Fueron necesarios varios meses para que se fueran aplacando los ruidos de la polémica.
De las múltiples voces que podríamos despertar para evocar el acontecimiento – Eduardo Schiaffino, Paul Groussac, Julio Dormal, etc.,-vamos a acudir a las de Miguel Cané y Rubén Darío.
Carta de Miguel Cané a Augusto Rodin, fechada el 27 de mayo de 1900, y que se
conserva en el Archivo del Museo Rodin de París. (La traducción es nuestra)
Mi querido maestro:
La inauguración del Monumento a Sarmiento ha tenido lugar el 25 de Mayo y estamos aún en plena batalla de opinión sobre vuestra obra de arte. Ante todo, no quiero ocultar mi impresión desagradable, incluso mi decepción, cuando al hacer abrir la caja que contenía la estatua, vi que no había agregado nada, ni suprimido nada, ni modificado nada de la figura del Sarmiento. Pasé dos años suplicándole, usted sabe con qué insistencia, que le diera a los rasgos y a la cabeza de Sarmiento todo el parecido posible con el original. El Señor
Pellegrini, antes y sobre todo después de mi partida le hizo el mismo pedido. Usted nos prometió tener en cuenta nuestros razonamientos, que en el fondo no modificaban en nada sus ideas generales sobre lo que debe ser un monumento conmemorativo. Yo le decía que le diera al Sarmiento la posición que tenía en la cabeza, incluso más exagerada si quería y si esa era su idea, pero al mismo tiempo le preguntaba en qué podía perjudicar a esta actitud el hecho el hecho de que la cabeza de bronce de Sarmiento tuviera la misma forma que la que tenía en carne y hueso, que los ojos tuvieran igualmente la misma forma, así como el peinado con los pocos cabellos que tenía. Usted prometió hacer esas modificaciones más de una vez, pero no tuvo en cuenta ninguna de mis súplicas en ese sentido.
El resultado está aquí: en lugar de ser recibida con una aclamación unánime, porque yo encuentro muy bella su obra, todos están desconcertados por la figura simiesca de Sarmiento, su frente aplastada, sus pequeños ojos punzantes, mientras que él los tenía redondos como los de los bueyes de que hablaba Homero; sus cabellos cayendo en la nuca, mientras que él casi no tenía, etc., etc., etc….
¡Qué lamentable! ¡Y pensar que fue usted mismo quien no quiso, por razones que no alcanzo a explicarme, acallar todas las objeciones contra su obra!...
Hubiera querido escribirle otra carta que ésta; usted conoce mi admiración y el afecto que le tengo, pero al mismo tiempo recordar la leal franqueza con la que siempre le hice mis observaciones… Créame siempre su afectísimo." (Miguel Cané)
Rodin hizo lo que quiso, y encendió la mecha de una bombita que estaba esperando eso.
Esta historia de desencuentros, sería el prólogo de combates que aún hoy perduran.
Espero no sean tan viscerales como este, porque nos estaremos perdiendo el tren de la historia y la oportunidad de construir un país mejor.
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