Otro tema poco abordado, pero imprescindible, de la reciente tragedia aérea, se refiere a la reglamentación sobre el acceso a la cabina de los pilotos. Se advierte que el inconveniente ocurrido con el Airbus de Germanwings es terrible, pero también es una ironía.
Afirmamos esto ya que el drama no pudo ser evitado, debido a la norma que se instauró en los aviones comerciales sobre la obligación de mantener cerrada la puerta de la cabina.
Esta es una puerta blindada que se abre con un código. Si el código no funciona por algún motivo, en caso de urgencia, otro código (confidencial) permite abrirla automáticamente desde afuera.
Siempre y cuando no se bloquee el acceso desde la cabina.
Sin embargo, esto no es infalible, y hubo casos, donde el comandante quedó fuera de la cabina, y no pudo reingresar.
El último registro de este problema, concido al menos, sucedió en Estados Unidos, donde el copiloto decidió aterrizar en el aeropuerto mas cercano.
Pero bien podría haber sucedido alguna cuestión como esta, sumada a otro problema en el copiloto.
Sigue siendo llamativa la conclusión extraida por la fiscalía francesa, y que las autoridades de Lufthansa hayan dado como cierta la apresurada teoría. Aún sin haber hallado la restante caja negra.
Ciertamente extraño. Por eso, preferimos mantener la calma.
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