Durante la temporada de verano de diciembre de 1911 a Abril de 1912, no funcionó la ruleta en Mar el Plata. El gobernador Ignacio D.Irigoyen,dictó la resolución de prohibirla,lo que trajo un un gran malestar social, especialmente en lugares, como el Brístol Hotel,donde en sus salones la aristocracia,se entretenía con este juego. Jorge Cabral,escribía en el diario La Nación:
Se cenaba de smoking en los amplios comedores de ese lujoso hotel debido a la iniciativa progresista del Dr. José Luro y luego damas y caballeros pasaban a la sala de juego; aquellas lujosamente ataviadas.
El espectáculo era un placer en los sentidos:todo respiraba distinción y elegancia. Así había sido hasta entonces desde los días iniciales del veraneo marplatense,reservado por natural gravitación de las cosas a las familias pudientes.
Pocos años después todo cambió,creció MdP con ritmo acelerado; en los días que corren no existe el Brístol y la ruleta tiene otro régimen.
En el ambiente de aquella época, de núcleos reducidos pero selectos, el insólito episodio monopolizó por entero el comentario. Toda suerte de rumores y explicaciones acerca del motivo constituyeron la comidilla obligada. Se recorrió la escala, desde lo mas verosímiles a los mas extrafalarios y absurdos.
La verdad, la causa recóndida del ucasa gubernativo,probablemente nunca se sabrá. Elcomentario zumbón, giró la causa a la promesa que el mandatario bonaerense habría formulado a una dama atribulada por la mala suerte de su marido en el juego.
Y no faltó quien le diera una versión escrita en una “versada” que circuló mucho y estuvo a la venta en hojita suelta, al precio de 20 centavos,en el comercio de cigarrería y venta de loterías instalado en la Rambla Brístol y propiedad de Manuel Acosta.
El autor de las décimas,pues tales eran, fue el Dr. Matías Calandrelli, con la colaboración del Dr. Arturo Alió, médicos ambos y finos humoristas,de acuerdo a una referencia precisa del caracterizado y talentoso vecino Dr. Francisco (Tío Paco) Rodriguez Etcheto, cuya actuación en MdP desde fines del siglo anterior,fue destacada y brillante,de positivo beneficio para la ciudad.
Los versos del Dr. Caldarelli se han perdido en el tiempo.Solo por tradición oral se recuerdan algunas de sus estrofas, que abre el lamento popular y recuerda con notable didelidad el Dr. Francisco (Paco) Rodriguez Etcheto:
El Sr. Gobernador
No quiere que la Ruleta
Haga perder la chaveta
Al ricacho jugador
Dice que es mucho mejor
por la arena caminar
deteniéndose a pescar
uno que otro surubí
o a jugar al tateti
con las piedritas del mar.
El poeta hace hablar a hoteleros,comerciantes etc.
Todos se quejan de la mala suerte y destacan los perjucios que la medida oficial trae a sus negocios y a la economía en general de la ciudad.
Queja que se repitió también,años mas tarde,cuando el presidente Yrigoyen volvió a prohibir la ruleta,inspirado en motivos de tranquilidad y salud moral de la sociedad,pero con el efecto contraproducente de volcar el turismo hacia el Uruguay.
Y como en aquellos años la travesía al Faro era uno de los paseos obligados,en una décima habla y también se queja una figura pintoresca y peculiar de MdP de antaño: don Fernando Muller el Capitán del Faro, por autonomasia.
Era este un ex oficial de la marina mercante de Austria,su país natal. De modales suaves y distinguidos,siempre afable y servicial, con sus patillas blancas, era figura difundida y querida,particularmente entre las familias veraneantes.
Fragmento de otro verso que hace conocer don Paco Rodriguez Etcheto:
Y habla el Capitán del Faro
Que brilla en Punta Mogotes
Yo no estoy para estos trotes
Y rebelde me declaro
Como no juegan,es claro
Vienen al Faro a embromar
Y Corren peligro los buques
de perderse y encallar
A una dama dió su fé
de suprimir la ruleta
Y a menos que comprometa
su palabra en una plancha
Don Ignacio de la Mancha
su compromiso respeta
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