El Premio Nobel de la Paz 2015, fue adjudicado este viernes 9 de octubre al Cuarteto del Diálogo Nacional Tunecino.
La decisión se fundamente en la colaboración de este organismo, por su invalorable aporte para la construcción de una democracia definitiva en aquel país, luego de la Revolución de los Jazmines de 2011.
El Cuarteto, dialoguista desde su raigambre, se formó a mediados de 2013, cuando el proceso de democratización tunecino corría serios riesgos de derrumbe, a causa de la preocupante situación social, y el inminente caos en ciernes.
Se estableció un proceso político alternativo, para permitir a Túnez, en lapso de pocos años, establecer un sistema constitucional de gobierno que velara por los derechos fundamentales de toda la población, independientemente de su sexo, convicciones políticas o creencias religiosas.
El Cuarteto del Diálogo Nacional Tunecino, se compone de cuatro organizaciones claves de la sociedad civil tunecina: la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT, Unión General Tunecina del Trabajo), la Confederación Tunecina de Industria, Comercio y Artesanía (UTICA, Unión Tunecina de la Industria, du Commerce et de l'Artisanat), la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTDH, La Ligue Tunisienne pour la Défense des Droits de l'Homme), y la Orden de Abogados de Túnez (Orden Nacional de Abogados de Túnez).
Estas organizaciones representan a diferentes sectores y valores en la sociedad tunecina: la vida laboral y el bienestar, los principios del Estado de Derecho y los derechos humanos.
Sobre esta base, el Cuarteto ejerció su papel como mediador y fuerza motriz para impulsar el desarrollo pacífico y democrático en Túnez con gran autoridad moral.
El Premio Nobel de la Paz 2015 se otorgó a este cuarteto, no a las cuatro organizaciones individuales como tales.
La primavera árabe se originó en Túnez en 2010-2011, pero se extendió rápidamente a varios países del norte de África y Oriente Medio. En muchos de estos países, la lucha por la democracia y los derechos fundamentales ha llegado a un punto muerto, o hizo marcha reversa ..
Túnez, sin embargo, ha sido testigo de una transición democrática basada en una sociedad civil vibrante, exigiendo el debido respeto a los derechos humanos básicos.
Un factor esencial para la culminación de la revolución en Túnez en paz, y llegar a elecciones democráticas el pasado otoño, fue el esfuerzo realizado por el Cuarteto para apoyar el trabajo de la Asamblea Constituyente, para asegurar la aprobación del proceso constitucional entre la población tunecina en general.
El Cuarteto allanó el camino para un diálogo pacífico entre los ciudadanos, los partidos políticos y las autoridades y ayudó a encontrar soluciones consensuadas a una amplia gama de desafíos a través de las divisiones políticas y religiosas.
El diálogo nacional amplio que el Cuarteto logró establecer, se opone a la extensión de la violencia en Túnez y su función es, por tanto, comparable a la de los congresos de la paz a la que el mentor del premio, Alfred Nobel, alude en su testamento.
El curso que los acontecimientos tomaron en Túnez desde la caída del régimen autoritario de Ben Ali en enero de 2011, es notable por varias razones.
En primer lugar, demuestra que islamistas y movimientos políticos seculares pueden trabajar juntos para lograr resultados significativos en pos de los intereses del país.
El ejemplo de Túnez, pone de relieve el valor del diálogo y el sentido de pertenencia nacional en una región marcada por el conflicto.
En segundo lugar, la transición en Túnez, muestra que las instituciones de la sociedad civil y las organizaciones pueden desempeñar un papel crucial en la democratización de un país, y que un proceso de este tipo, incluso en circunstancias difíciles, puede conducir a la celebración de elecciones libres y la transferencia pacífica del poder.
El Cuarteto del Diálogo Nacional Tunecino, tiene gran parte del crédito por este logro y para asegurar que los beneficios de la Revolución de los Jazmines, no se hayan perdido. Pese a esto, Túnez aún enfrenta importantes retos políticos, económicos y de seguridad.
El Comité del Nobel noruego, desea que el premio de este año contribuya a fortalecer la democracia en Túnez, y sea fuente de inspiración para todos los que tratan de promover la paz y la democracia en el mundo.
Mais que nada, el premio pretende ser un estímulo para el pueblo tunecino, que superando grandes dificultades, ha sentado las bases para una fraternidad nacional.
Un premio colectivo, y un ejemplo digno de imitar. Enhorabuena!
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