lunes, julio 10, 2006

Encuentro con escritores
El viernes pasado escuchamos a Eduardo Belgrano Rawson. Un tipo sencillo, de un lenguaje claro y despojado de tecnicismos o voces aterciopeladas.
Para describir el proceso de la escritura citó dos ideas. Una proveniente de Dorothy Parker yotra de Marguerite Duras.
Una decía que escribir era el arte de sentar el culo en una silla, otra aludía a la necesidar de urdir una red que conectara las palabras con las ideas y las personas. Que lo interesante estaba en el entramado que lograba engarzarlas para luego conectar con los lectores.

Belgrano escribió desde tiempos inmemoriales y entre sus oficios previos tuvo en Editorial Columba, el ser guionista de historietas. Esto sucedía mientras habitaba una pensión en pleno Buenos Aires. Mas tarde trabajaría en el semanario Primera Plana y en la Opinión.
Del paso por Columba, adquirió la virtud de escribir con un lenguaje gráfico, y de la prensa el rigor de producir urgido por el tiempo, y redactar de forma tal que pese a los recortes de los talleristas, la nota se entendiese. También recordó que allí vió en carne propia el silencioso pero eficaz trabajo de los correctores. Acerca de como un texto a través de sus versiones logra un mayor volumen y músculo de ideas, pese a ser cercenado en palabras: "con menos dices mas".
De allí, que EBR corrija sus textos [fundamentalmente novelas] una y otra vez: "si no hubiese plazos, seguiría corrigiendo, pero uno debe cortar en algún momento".
Su trabajo de cronista se refleja en sus obras, donde adhiere al oficio y se convierte en cronista de ciertas historias, para luego novelarlas tal el caso de Rosa de Miami, donde reproduce la saga de la eficaz estrategia utilizada por los nipones en el Océano Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. En ese entonces, Rosa de Tokio transmitía noche a noche por Onda Corta un programa que buscaba debilitar la moral de los aliados. Rosa en un perfecto y sensual inglés ratoneaba las cabezas de los enloquecidos soldados.
Estas y otras historias renacen a través de la obra de Belgrano Rawson.

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