Un mes puede parecer una eternidad, o pasar muy rápido.
Todo depende de la percepción que cada uno tenga del tiempo.
Si bien el protocolo habla de 10 minutos de tolerancia para llegar a una cena, para [nos] los argentinos, resulta casi imposible cumplir con esa regla.
Nos hemos ido acostumbrando a ser cada vez mas impuntuales, y hasta los programas de TV empiezan a cualquier hora, menos en el horario pautado.
Entonces nos preguntamos: ¿por-qué somos impuntuales?
Siempre nos falta tiempo y estamos corriendo.
Pero, ¿de qué se trata?
Es una buena excusa para no hacer las cosas, somos irresponsables/irrespetuosos ante el otro que nos espera, o simplemente carecemos de capacidad para percibir y medir el tiempo?
Para aclarar, traemos a colación palabras del filósofo Angel Garrido Maturano, emitidas en " Con ciencia y Trabajo", por Radio Nacional el sábado 15.7.06:
-¿Por-qué no hay tiempo?
-Tiempo hay. Y sobra.
Nosotros somos "poco" para el tiempo, pero el tiempo no es "poco" para nosotros.
Nos ajetreamos con cosas innecesarias muchas veces, y creemos entonces que "nos falta tiempo".
-¿Cúal es la percepción que tenemos del tiempo?
-Hay dos formas fundamentales:
1. El tiempo como fluido de la conciencia.
Su ahora, nos retrae a dimensiones del pasado y lo proyecta hacia el futuro.
Esto se conoce como "tiempo fenomenológico o tiempo vivido", y es finito/medible.
2. El tiempo como dimensión del cosmos. El constante devenir del mundo es el "tiempo cosmológico", que es infinito
La conjunción de ambas, difícil [sino imposible] de explicar, es el tiempo.
-¿Qué es perder el tiempo, y por-qué corremos contra el reloj?
-Lo que se pierde no es el tiempo, sino las posibilidades de hacer cosas.
Situación que se manifiesta en cada decisión que tomamos.
En cada elección abrimos y cerramos puertas para siempre.
La idea/noción de perder el tiempo nos remite a esa condición finita/fenomenológica.
-¿Por-que somos impuntuales los argentinos?
-Esto no tiene que ver con el tiempo, sino con la percepción del otro.
La puntualidad hace referencia a un encuentro, y esto no sucede si el otro no está unívocamente identificado. De otro modo son "minas o tipos", sin llegar a la categoría de personas.
La impuntualidad pone de manifiesto una falta de responsabilidad para con el otro y la fragilidad/dificultad de llevar adelante acuerdos.
Todo acuerdo supone un pacto, cierto grado de abstracción y una representación colectiva.
Borges decía que colectivo, pacto o acuerdo son palabras excluidas de nuestro imaginario local y explicaría en cierto modo por-qué vivimos de lo estrictamente individual.
¿Tendrá razón Jorge Luis? Dejémoslo para la próxima, porque a nosotros, se nos acabó el tiempo …
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