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La jornada final, calurosa y con viento desconcentró a los jugadores. No hubo scores descollantes, y desde el inicio Cabrera se mostró errático anotando bogey, par, doble bogey en los primeros tres hoyos. La debacle vendría en el hoyo 17, un hoyo siniestro durante el fin de semana, allí el Pato fuese al agua, anotando triple bogey [el sábado hizo doble bogey], y espantó todas las esperanzas. En los dos hoyos finales Ruiz, descontó 4 golpes. Situación inesperada.
De todos modos, el aplomo de Marco tuvo su premio, quien tuvo que permanecer 7 meses sin jugar debido a una dolencia lumbar. Hace recordar a otro gran golfista José Xtema Olazábal, otro batallador. Por eso el triunfo fue muy celebrado por sus compañeros del Tour Europeo. El primero que lo abrazó con notable afecto fué el propio Cabrera, quien partió raudamente rumbo al aeropuerto para jugar el último torneo del año en Sudáfrica.
En aficionados, se dió un empate entre Emiliano Grillo y Julián Etulain. Finalmente la copa Emilio Pereyra Iraola sería para el chaqueño Grillo, de solo 15 años.
No son muchas las ocasiones que un ganador de la Pereyra Iraola, conquista el Abierto. Esto sucedió con Marquito, quien en 1991, alzaba el premio como aficionado, y tenía entre sus deseos el de ganar el Abierto de la República. Contaba con 16 años.
Digno de elogio fueron la presentación de la cancha, la organización del torneo y la televisación.
Excelentes comentarios y entrevistas de Francisco Aleman, Mariano Ryan y Gustavo Piovano.
Buenos Aires Golf Club, tuvo nuevamente lo mejor del golf sudamericano, y José María Zamora, dirigente del European Challenge Tour, no dudó en calificar el evento como el British Open del segundo circuito del European Tour. Compartimos y celebramos.
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