El 20 de mayo, pero de 1616, el gobernador de Buenos Aires, Hernandarias, publicaba un bando, en el que prohibía el consumo de yerba mate en cualquiera de sus versiones!
Hernandarias, nacido en Asunción, fue de los primeros en observar que los guaraníes llevaban en unas pequeñas bolsas de cuero, hojas de yerba mate triturada y tostada, a la que tanto podían beber en infusión, como mascar durante sus tareas cotidianas o para aliviar sus largas caminatas.
Términos como "sugestión clara del demonio", "vicio abominable y sucio que es tomar algunas veces al día la yerba con gran cantidad de agua caliente" que "hace a los hombres holgazanes, que es total ruina de la tierra, y como es tan grande temo que no se podrá quitar si Dios no lo hace". También era conocido como "vicio que favorese (sic) a los enamorados". Evidentemente era popular la criolla infusión!
"Todos los españoles, y los indios beben esta yerba, y cuando no tienen con qué comprarla dan sus calzones y frazadas, cuando le falta desfallesen y dicen que no pueden vivir. Todos los indios la toman antes que amanesca y todas las veses que la tienen cuando trabajan, aunque no coman, con sola yerba se sustentan y se avivan las fuerzas para trabajar de nuevo". Nada nuevo bajo el sol.
Algunos detractores alegaron que los hechiceros guaraníes aspiraban el polvo de las hojas de yerba como un narcótico que les permitía entrar en trance.
Los jesuitas al principio también la criticaron, pero luego mejoraron su cultivo y monopolizaron su comercio, hasta su expulsión en 1767.
La noble infusión, hoy goza de buena saludo y mejor prensa. A Dios gracias.
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