Estoy en medio de la búsqueda del fono de un ser a quien no conozco, pero vive en un encantador poblado del VIRCh, por ende es conocido de medio mundo. Quiero manguearle un espacio para que unos talleristas de radio de un cole del pueblo, puedan hacer sus primeros pininos.
Como poca gente tiene fono fijo, y la mayoría valese de un fonino, la cosa se complica. Sigo.
El fono del cole, con quien intento hablar no da. Busco en la guía y aparecen parientes de Marquitos. Navego en la güeb, y aparece un celular de 2011.
Vamos pa' frente, llamo. Me atiende un gaucho del otro lado. Preguntole:
Marcos Alejandro?
Si, como te va, cómo estás.
Intento presentarme, pero el tipo sigue como una tromba. Le sigo el ritmo, le pregunto por la radio, que necesitamos un espacio. Así de corrido me lo ofrece. No hay problema.
No comprendo, como así de la nada el hombre confía. En fin, debe ser un vidente. Y efectivamente, porque Marquitos Rees es ciego, pero un vidente de aquellos. Quiero recordarle mi nombre, pero se me anticipa: me conoce de la radio. Es un RadioViajero.
Corto, y mas allá de la alegría/emoción y un coctel, de compleja receta, corroboro que no solo se ve con los ojos, sino con los demás sentidos, cuando están iluminados por el alma.
Dios nos habla, solo hay que saber escucharlo. El viernes tiene un sol tremendo, il mio cuore también.
La Radio como elemento de sanación: RadioRedentora.
Agradezco a la Vida, a la intuición, y al vidente interlocutor.
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