Chris Squire, bajista y coreuta del grupo de rock progresivo británico Yes, falleció este domingo en Arizona, a los 67 años de edad. Oriundo del suburbio londinense, pasó por el coro de una iglesia siendo pequeño. A los 16 años, lo echaron del colegio por tener el pelo largo, y jamás volvió a la educación formal. Digamos que estuvo en el lugar indicado, en la época precisa. Porque aquellos 60' fueron momentos de reinvención de la humanidad, y la música estuvo a la cabeza de este vero movimiento renovador, cuya cabeza innegable, fueron los adolescentes de Liverpool. Pero, clara y ciertamente, no fueron los únicos: The Who (1962), The Moody Blues (1964), Pink Floyd (1965), Camel (1964) y Génesis (1963), surgían por aquella “extraña época de pelo largo” y Concilio Vaticano II. Inevitablemente, el mundo trocaba sus reglas, y los pentagramas sufrían nuevos adeptos, destinados a experimentar. En esto las islas británicas, fueron pródigas. Quizá producto de la tradición teatral, con una fuerte vocación por el cuidado de las letras (como nuestro tango de antaño), unidos a cierto carácter excéntrico, que les permitía innovar, con otro ropaje, pero sin perder el five o' clock tea.
Recalco, el paso por los coros de iglesias, lógicamente en las islas, la mayoría provienen de la Reforma, donde la presencia musical, ya tenía ciertas libertades.
Así, la formación original de Yes, nombre fantástico para una banda, por su gancho, síntesis y significado, se completaba con Peter Banks en guitarra eléctrica, Jon Anderson en voz, Bill Brudford en batería, Tony Kaye en teclados y Chris “Fish” Squire en el bajo eléctrico.
Yes editó su primera grabación en 1969, y aunque la banda hizo infinidad de cambios en sus integrantes a través de los años, han continuado grabando y haciendo giras por más de 30 años. Squire era el único miembro que se mantuvo en la formación desde su fundación. El bajo de Squire sonaba agresivo, dinámico y melódico. Su instrumento fue un Rickenbacker 4001, con una distorsión característica que formó parte del sello de “Fish” Squire y de Yes, como así los arreglos vocales que orquestó el autodidacta Squire. Señalamos la armonización alcanzada entre el bajo y el registro de contratenor del vocalista Jon Anderson.
Los amantes de la música solemos amar el rock progresivo, por su expresividad. Este género ha sido (y sigue siendo), un puente fenomenal, para unir generaciones. Ir a la música clásica, desde géneros modernos. Lamentablemente, huelgan músicos tan poco convencionales que cultiven el género. Fish ha sido un referente innegable de la música, de un modo de tocar el bajo, que llene de sentido al resto del conjunto, sin buscar piruetas autorreferenciales. Cierro esta evocación, invitando a los lecto-melómanos, a escuchar el único disco solista de Squire, “Fish out of water”.
Allí está su alma. Hoy descansa en paz.
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