Por @QuiqueFigue
Una idea llevaba más de 15 años rondando la cabeza de Kazuo Ishiguro y tenía que ver con temas que son la espina dorsal de su narrativa, tales como el tiempo, la memoria o la nostalgia. Pero se adentraba en caminos nuevos, porque el escritor se preguntaba una y otra vez : ¿hasta qué punto es conveniente que las sociedades y sus individuos olviden recuerdos dolorosos y afrentas pasadas para seguir adelante?
El primer borrador donde intentó dar respuesta a esas dudas acabó en la basura.
Su idea quedó con las barbas en remojo durante seis años, pero no descartada, sino madurando lentamente.
En 2015, una década después de su anterior novela, “Nunca me abandones”, el argumento se cristalizó al fin en “El gigante enterrado”, donde una pareja de ancianos emprende un largo viaje para reconstruir el rompecabezas de su vida en común, en una Inglaterra salvaje y medieval.
Allí mezcla fantasía, y por debajo un argumento sutilmente real. Kazuo confiesa haber estado pensando en la antigua Yugoslavia de los noventa o en la Sudáfrica post apartheid, pero se decidió por ambientarlo en un escenario neutral, como para generalizar la historia a múltiples y diversas situaciones.
Hay una cierta universalidad en estos problemas, porque la pregunta acerca de qué recuerdos deberíamos dejar atrás y cuándo es importante pelear para preservarlos siempre.
Apuntamos que el libro fue escrito antes del Brexit o de la sorprendente victoria de Donald Trump. Ishiguro cree que algo de la ira que refleja el resultado de esos procesos es la consecuencia de muchos temas, sobre los que no se han hablado suficiente e inteligentemente. Todos los países tienen gigantes enterrados, y pasa lo mismo en una familia o una pareja.
¿Es necesario olvidar ciertas disputas para mantener a la familia unida, o es mejor afrontar esos puntos oscuros para evitar males mayores. Que piensa del amor?
Kazuo comparte preguntas, no tiene respuestas.
Afirma: “ Es complicado. El amor, ya sea romántico o entre padres e hijos, tiene que incluir el perdón. La mayoría de las relaciones pasan por desacuerdos, y creo que el amor no consiste solo en llevarse genial y no pelearse nunca, sino en aceptar que a veces las personas se hieren las unas a las otras. En este libro he querido reflejar una historia de amor atípica, porque lo que Hollywood o Jane Austen consideran amor normalmente solo incluye el cortejo, y acaba cuando la pareja se casa. Eso para mí no es más que el capítulo uno”.
Sobre el género de “El gigante enterrado”, ¿es fantástica, se puede etiquetar?
El escritor no tiene idea. Confiesa que escribe ficción, desde los ochenta, cuando el sector estaba dividido entre literatura elevada y popular. De allí en mas, estas barreras se han ido derribando, pero hay personas que desean mantener esas egositas fronteras de género para sobrevivir, y las librerías contribuyen a ello porque estas etiquetas suelen ser eficaces herramientas de promoción. Pero son meros hashtags, absolutamente artificiales. Es peligroso cuando escritores y lectores empiezan a pensar que esos límites son reales, y que no se pueden atravesar.
Ishiguro escribió guiones de películas, pero no adapta sus novelas para la pantalla grande, porque escribir una novela es un trabajo arduo, y poco quiere volver sobre el materia, una vez finalizado. Declara “Es sano que el autor deje paso a alguien fresco. Pero creo que la relación entre cine y literatura es importantísima y una de las razones por las que los libros se mantienen en el centro de nuestra cultura, pese a que hace 20 años todo el mundo decía que la novela estaba acabada. Por ejemplo, yo no era consciente de que la película Animales nocturnos, el film de Tom Ford, se basaba en una novela, y todo el mundo quedó impresionado con esa historia”.
Su mirada de Occidente
“Creo que uno de los grandes problemas de las sociedades occidentales son sus enormes desigualdades; la brecha entre ricos y pobres cada vez es mayor. No es malo que la gente quiera tomar sus propias decisiones, pero lo que temo del momento actual es que la rebelión de la que habla no está controlada, y encuentra su expresión en fenómenos tan extraños como el Brexit o Trump”.
Sobre el Nobel de Bob Dylan
“Tengo dos héroes musicales y literarios, porque sus letras son tan importantes para mí como su música: Bob Dylan y Leonard Cohen. Me apenó mucho la muerte de Cohen, pero estoy encantado con el premio de Dylan, se diría que el comité del Nobel ha empezado a derribar otra frontera. Lo que no está claro aún es si solo han considerado que sus letras o poemas son tan buenos que merecen el galardón, o si tal vez están reconociendo a la canción popular como una forma de arte tan válida como el teatro o los libros. Personalmente, considero que algunas de las grandes obras de arte del siglo XX han sido creadas por cantautores”.
Estos conceptos fueron publicados en una nota de María Contreras publicada en El País, a principio de 2017.
Nos permite captar parte de la luz del escritor recientemente galardonado con el Nobel de Literatura. Kazuo pinta como un ser interesante y honesto, que no es poco.
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