miércoles, julio 25, 2007

Barry Burn, un duende travieso





Como gran parte del público lector, bien sabéis, o al menos imagináis que el golf produce efectos hipnóticos en mi persona.
No es algo muy oculto, pero este British Open, amén de ser tan o mas emocionante que aquel de 1999, donde naciera una empatía fenomenal entre Jean Van de Velde y mi persona, pude corroborar algunas cuestiones.
Primero, mucha gente [mas del 98% de la comunidad golfera], sepultó al francés por su actuación en el hoyo final [el video que propone Clarín es harto elocuente y omnivigente], pero ocho años después, y entre jugadores de la talla del irlandés Padraig Harrington, el Niño Sergio García, o nuestro Pigu Romero, el Barry Burn mostró sus fauces otra vez.
Mi conclusión coincide con la de Jean Notre Ami: "No es tan difícil hacer siete en este hoyo".
Luego de su actuación, mucha gente se burlaba de Jean, pero luego de ver los scores obtenidos en los hoyos finales, por los que finalizaron en los primeros tres lugares del British Open 2007, corresponde repreguntarse qué opinión merecen los hoyos 17 y 18 de Carnoustie. Veamos la opinión de algunos experimentados golfistas:
Silvia Bertolaccini, la ex jugadora, calificó así la definición por ESPN: "El golf es así de impredecible". Estimada Silvia. Roberto De Vicenzo afirma: "Existen fantasmas en las canchas y en las mentes de los jugadores". De acuerdo con su opinión, los de Carnoustie, en especial los de los hoyos 17 y 18, son los más malignos existentes en el golf del planeta tierra.

Y pensar que [casi] todos se mofaban de Van de Velde, una vez mas coincido con él, celebro su filosofía, y comprendo una vez mas, por-qué diablos el francés me cayó tan bien, y pasó a ser simplemente "Jean Notre Ami".




Allez Jean!!

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