Punto de vista por Quique Martínez Luque, periodista y amigo de Andrés Pigu Super Romero.
Estamos ante la presencia de un genio; de un atleta que marcará un antes y un después en la historia del deporte tucumano.
Siendo pequeño, cuando "Pigu" ensayaba sus primeros golpes, seguramente sentía que estaba para grandes cosas.
Con el tiempo fue puliendo su técnica y sumando la experiencia suficiente para dar el gran salto.
"Ese perro tiene hambre", comentó el golfista español Severiano Ballesteros cuando lo vio hace unas semanas practicando durante el Abierto Británico. Ese apetito por el éxito es el que lo llevó al lugar en donde se encuentra en la actualidad.
Algo diferencia a "Pigu" del resto: es insolente con su golf y lo juega con desparpajo.
No demuestra temor ante situaciones en las que los demás dudan.
Dueño de una excelente técnica, domina todos los golpes y se destaca como pocos sobre el green.
Los mejores golfistas del mundo siguen su desempeño con incredulidad y asombro.
Lo mismo sucede con los periodistas, que están pendientes de lo que el tucumano hace, dentro y fuera de la cancha.
La "pigumanía" ya está instalada entre nosotros.
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