La capital bonaerense está de fiesta. Desde la víspera se nuclean grupúsculos varios por capital bonaerense y alrededores.
Hoy conjugan cierta dosis de civismo y deporte, un poco de pasión redonda, que colma los alrededores del hogar del Lobo Feroz.
¿Casualidad, sincrodestino, o será que GELP planea virar sus colores hacial el "amarillo cambiemos"?
Nada de esto, este 10 de diciembre, se conmemora el día mundial del hincha tripero, los lobos feroces de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Sus hinchas sostienen una lucha memorable, la de querer seguir jugando en el bosque, mientras el Lobo está.
Este grupo humano variopinto, tiene la firme convicción de continuar una lucha de años en pos de conseguir la posesión definitiva de las tierras del Bosque.
El lema parece ser "Triperos del mundo: uníos".
El 10 de diciembre de 1990, hace un cuarto de siglo, este fantástico colectivo humano, iniciaba una lucha desigual, histórica, sin treguas, y llevaba a cabo la primera marcha a la Municipalidad de La Plata. De esto hecho lejano, y a la vez cercano, compañeros varios pueden dar fe, secretario de redacción incluido, lobo voraz, no tan feroz.
La lucha de aquel 10 de diciembre, sigue vigente, esperando lograr el objetivo anhelado, la propuesta era, es, y seguirá siendo contundente: LA CESION DEFINITIVA DE LAS TIERRAS Y LA REMODELACION DEL SAGRADO TEMPLO DE 60 y 118, para no abandonar jamás la localía del bosque platense.
Por motivos varios, que emanan de los gigantescos cuores triperos, tales como:
Identidad, pertenencia, raíces, ganas de ver a la institución crecer a la altura de la pasión de su pueblo...
Con dignidad, temple y el amor que caracterizan a todas las generaciones de gimnasistas.
Nunca bajan la guardia, las banderas de estas reivindicaciones son eternas y los enorgullece a diario.
Se generan, se trasladan y se heredan en plural, es la lucha de todos este pueblo lobuno, que canta loas al glorioso GIMNASIA.
No es un día más.
Un nuevo 10 de diciembre marca que la hinchada más leal, la misma que provoca terremotos y no sabe de abandonos, revitaliza su sueño de una casa propia, renovada y en el lugar donde sembró esa pasión que se multiplicó con el tiempo.
Más de ocho décadas de amor por el bosque, marcan que esta hinchada familiar no es solo parte del paisaje, sino su guardiana celosa. Anticipandose así a la Laudato Si', los triperos unían deporte con naturaleza. Hoy sus corazones laten como ellos: con el corazón pasional de La Plata, conjugando en cada latido la ciudad y su entorno.
10 de diciembre, juguemos en el Bosque: ese lugar donde padres e hijos, es decir el sostén de toda sociedad: la familia, fue aprendiendo la importancia de la dignidad de ser como las parejas fieles, juntos en las buenas y (mucho mas) en las malas.
10 de diciembre, jugamos en el Bosque: porque en este día tan especial, y en este momento particular de la historia argentina, seguirá siendo el día de los triperos, los oriundos del barrio del Mondongo, de trabajadores que recibían carne como parte de pago, con aquel corte tan popular, que no solo alimentó familias, sino que dio nombre a esta gloriosa hinchada, que hoy trazan un puente entre la lucha y la gloria.
10 de diciembre de 2015, porque en este día se otorgó la cesión definitiva de la posesión de las tierras de “El Bosquecito”. Seguirá jugando en el Bosque, y el esfuerzo de la hinchada tuvo un premio.
Feliz día mundial a todos los hinchas del Lobo Feroz, ese que juega en el Bosque, esos del escudo con “mens sana”, los chicos de Gimnasia y Esgrima de La Plata: al gran pueblo tripero, salút!
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