Lou Rawls era prácticamente una institución en Estados Unidos.
En los años ochenta, un periodista español que estaba allí para entrevistar a Lou Reed se pasmó al descubrir que eran muchos más los estadounidenses que conocían a Lou Rawls que aquellos que sabían de la existencia del fundador de The Velvet Underground. Rawls resultaba muy visible: encabezaba programas benéficos televisivos y organizaba torneos de golf para recaudar fondos con destino a la educación de jóvenes afroamericanos y, sobre todo, ejercía como imagen pública de la cerveza Budweiser.
Nació el 1° de enero de 1933 en Chicago.
Desde pequeño comenzó a cantar gospel en iglesias bautistas. Luego se trasladaría a Los Ángeles.
Se enroló dos años como paracaidista en la 82 Aerotransportada; sufrió un terrible accidente que lo dejó fuera de escenarios durante largos meses. Ya recuperado, puso su grave e inconfundible voz en el glorioso “Bring it on home to me” y tantos otros temas compuestos por su amigo Sam Cooke.
A principios de los sesenta, grabó para Capitol Records.
Allí lo etiquetaron como vocalista de standards de jazz y blues. Aunque Rawls pronto se identificó con otro género, aún no identificado, donde contaba experiencias personales y las de su gente. Algo de esto quedó reflejado en Lou Rawls live! (1965).
También se acercó al soul, aunque sin renunciar al próspero circuito de los clubes nocturnos, que incluían Las Vegas.
Allí conocería y recibiría el espaldarazo de Frank Sinatra, a quien homenajearía con Rawls sings Sinatra.
Trabajó con orquestas, grupos pequeños y, sobre todo, con el productor y arreglador David Axelrod, que supo proporcionarle material moderno ideal para su registro de voz.
Entre sus éxitos mencionaremos Love is a hurtin' thing (1966), Dead end street (1967) y You good thing is goind to end (1969).
En los setenta le costó encontrar el nuevo rumbo del mercado, aunque en MGM lanzó una de sus canciones emblemáticas, Natural man (1971), con su elegante afirmación de orgullo negro.
Todo cambiaría en 1976, al integrarse a Philadelphia International. Porque los creadores del Sonido de Filadelfia aprovecharon su cálida voz de barítono y pusieron sus mejores recursos a su disposición.
Allí llegaría su mayor éxito, con You'll never find another love like mine (1976). Así se convertiría en un ícono, apareciendo en películas y series de televisión.
Su voz era conocida e inconfundible, resonando hasta en dibujos animados, donde fue doblajista, y en spots publicitarios.
Tras la bancarrota de Philadelphia International, grabó para Epic, Blue Note entre otras. Centró su actividad en los trabajos como actor y en conciertos: realizó numerosas giras por bases del Ejército de Estados Unidos. El Pentágono descubrió que era de los pocos artistas que atraía tanto a los soldados blancos como a los negros. También era un favorito en eventos empresariales, porque as grandes empresas apreciaban su mensaje de superación constante. Sin perder la sonrisa, continuó trabajando hasta el año 2004, y nos dejó a principios de 2006.
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