La compu de casa está en terapia.
Ergo cuatro almas deambulan sin saber a ciencia cierta sus E-milios o fuera de las salas de chateo para el caso de los párvulos.
Digamos todos "calentitos" con la ausencia del maldito ordenador, que en realidad nos convierte en pseudo-humanos teclado dependientes.
Fuimos entonces con Cristina a un locutorio para chequear los respectivos correos. Estabamos cada uno en lo suyo, cuando me convida para ver algo de su casilla de hotmail [horrible proveedor, con una de las interfaces mas nefastas y universales que haya visto]. Inicialmente pensaba, se tratará de un mensaje llamativo. Pero no, me señala una carpeta de mensajes.
- Y que tiene? - espeté
- Esta carpeta me la armó Chucho.
- Mierditas ?!!! Que cazzo es eso?
- Si le pedí me agrupara una serie de mails, y me captó al vuelo ..
Nos reímos un rato viendo una carpeta inconfundible. Y pocas veces damos nombres adecuados a los archivos y menos aún a los directorios.
Ojalá pongamos empeño en denominar las cosas por su nombre, recordando eso que los nombres de las personas no son casuales, sino que tienen todo un significado consciente y otro que forma parte de un mandato, tal como conversábamos con el Arquitexto Felipe.
Nada es casual!
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