Vuelvo al Parrafus.
Hete aquí que al repasar uno de los programas grabados me topó que al leer Ivanhoe, el radioescucha descubrió título y autor en tan sólo 9 segundos.
No recuerdo si era Marcelo el que labura en una empresa de seguridad y aprovecha la tranquilidad de la noche para entremezclar sus rondas nocturnas con una avezada y literal escucha de Huguito, o si fué el poeta-locutor. Hay una pléyade de oyentes egregios, que no solo tienen una biblioteca viva en la sabiola, sino que también pugnan por compartir libros.
En el espacio "el recuperadero" [un servicio de Parrafus], los oyentes piden libros perdidos en una mudanza, una separación o en un préstamo nunca devuelto.
Celebro la persistente, sana y feliz idea de Huguito Paredero.
Y la radio viene a demostrarnos la increíble cantidad de personas devotas de la literatura, y cuan atentas están pese al carácter efímero de la mayoría de los medios hoy en día.
Gracias a los locos sueltos [y atentos].
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