lunes, marzo 16, 2009

50 años de "La dolce vita"

Duncan Kennedy


Anita Ekberg en "La Dolce Vita"
Anita Ekberg en la Fontana de Trevi, una de las escenas memorables del cine del siglo XX.

Un mes de marzo, cincuenta años atrás, el cine hacía historia en una fuente. No en una fuente cualquiera: en la Fontana de Trevi, la obra maestra del escultor y arquitecto Nicola Salvi, emplazada en el centro de Roma.

Desbordando sensualidad, los actores Marcello Mastroianni y Anita Ekberg -completamente vestidos- juegan en el agua. Cargada de erotismo, y una sensación de pérdida y deseo, la escena resultó sorprendentemente original y audaz para el público de hace medio siglo.

El filme se llama "La Dolce Vita".

La escena de la Fontana de Trevi en la que las aguas acarician el voluptuoso cuerpo de Ekberg ante la mirada embelezada de Mastroianni, empapado en su esmoquin, se convirtió en un clásico.

Es precisamente la fusión del erotismo, la tentación y en última instancia, la frustración, condensados en un minuto y 38 segundos lo que hacen de esta escena uno de los momentos más brillantes del cine.

Filmada una noche de marzo de 1959, cuenta la leyenda que Mastroianni tenía tanto frío que se valió de un traje de neopreno y una botella de vodka para poder hacerla.

Tabúes

La escena de la Fontana de Trevi es una de muchas, en este filme pionero que muchos creen cambió el rumbo del cine.

"La Dolce Vita" se alejó del estilo de las películas de posguerra y marcó un nuevo camino hacia el neorrealismo.

Marcello Mastroianni y Anita Ekberg
La película fue condenada por el Vaticano y adorada por los críticos.
Los diálogos, los personajes, los temas, todos se volvieron provocadores y fascinantes.

Se rompieron tabúes y las viejas ideas se hicieron a un lado.

El Vaticano la condenó, mientras que los críticos, en su mayoría, la adoraron.

En el estreno, algunos miembros del público escupieron a su director, Federico Fellini, enardecidos por lo que veían como una subversión a la moral y los valores aceptados.

La película es una suerte de sátira sobre la fascinación del público con los famosos.

Anita Ekberg, por ejemplo, interpreta el rol de una actriz de cine famosa que se convierte en una figura de fantasía para Mastroianni y para todos los hombres que la rodean.

La actriz francesa Anouk Aimee es Maddalena, una mujer hermosa y rica pero hastiada de la vida. Y Mastroianni anda en la búsqueda constante del significado de la vida, en medio de las ambigüedades sociales de la posguerra y de la Italia después del fascismo.

Esperanza y desesperanza

La actriz Valeria Ciangottini participó en la película, interpretando a Paola, una niña de 13 años que personificaba la inocencia más pura.

Valeria Ciangottini
Fellini quería que la gente estuviese relajada para que su verdadera forma de ser se vea reflejada en la película. Quería dejar de lado la ficción y transformarlo en algo real
Valeria Ciangottini, Paola en el filme
Valeria me dijo que actuar en el filme fue algo mágico.

"Fellini nos hizo sentir a todos muy cómodos", dice. "Quería que la gente estuviese relajada para que su verdadera forma de ser se vea reflejada en la película. Quería dejar de lado la ficción y transformarlo en algo real".

A través de todo la película se trasluce un mensaje de esperanza, matizada por la desesperación.

Y todo lo que sucede está seguido de cerca por los paparazzi, palabra que se hizo parte de nuestro lenguaje a partir de esta película.

Sus temas son atrevidos y originales.

Infidelidad, suicidio, asesinato, depresión, todo entrelazado con escenas de alegría y diversión.

¿Por qué? Porque así es la vida, sugirió Fellini.

Un mundo materialista

No es común que una película cambie el cine. "La Dolce Vita" lo hizo. Aún se pueden notar sus influencias en películas contemporáneas.

Sophia Coppola se inspiró en ella para su filme "Lost in Translation".

Federico Fellini
Fellini también filmó otras películas que se convirtieron en clásicos del cine.
El público joven tal vez ya no se identifique con ella, en gran parte porque son muy pocos los jóvenes que la han visto.

La película se ha, de alguna manera, vuelto antigua, pero en un sentido positivo.

Sí, puede que la ropa, los cortes de pelo se vean un poco ridículos hoy día, Pero la obsesión con el materialismo y las celebridades le dan una relevancia poderosa.

Fellini murió en 1993, a los 73 años de edad.

También hizo otras obras maravillosas como "Ocho y medio", pero con "La Dolce Vita", nos brindó un nuevo mundo materialista y superficial, enmarcado por sonrisas y personas imperfectas.

Al tiempo que nos ofrece una "vida dulce", nos tienta con su parodia de la vida real

1 comentario:

Quique Figueroa dijo...
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