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Conmemorando otro aniversario de aquel fatídico 2 de abril, tuve el tino de sintonizar a mi clase saturnina de historia, que es el programa de Atilio Bleta y Rodolfo González Lebrero: Soltando Pájaros [12 a 13 horas por LRA - Radio Nacional AM 870 Khz].
Para la ocasión, el invitado fué el politólogo Fabián Bosoer, a quien tenía ubicado como experto en temas de sindicalismo e historia del movimiento obrero, escribió varios libros junto al genial Santiago Senén González: Los gremialistas y el 17 de octubre, La trama gremial, El sindicalismo en los tiempos de Menem, y "El hombre de hierro: Vandor, Rucci, Miguel, Brunelli".
La cosa es que a lo largo del programa fueron desmenuzando la génesis del tema Malvinas, sin hacer alarde de esa cosa molesta que tenemos al evocar el pasado, nos los argentinos: martirizar al extranjero, cuando el desastre de Malvinas fué un tema que excedió la actuación inglesa.
Seguramente ayudó y mucho a tener una visión bastante implicada del caso, el hecho que Fabián sea clase 1962, amén que no haya ido a las islas, ni haya hecho la colimba por número bajo.
Se mencionó el "sorpresivo" desplazamiento de Viola, merced a una supuesta enfermedad. Cuando en rigor de verdad, hubo un viraje pergeñado desde los EE.UU., incitando al recambio presidencial.
Además, la armada con Anaya a la cabeza, veía una oportunidad única: la de llevar a cabo parte del estudio efectuado en 1979, al relevar la cartografía de las islas y evaluar un ataque a las mismas.
Anaya conocía a Leopoldo Fortunato [Galtieri] desde los tiempos de liceistas, y sabía de sus delirios.
Por eso es que apenas asumiera la presidencia, en diciembre de 1981, Jorge Isaac [Anaya] le calienta el balero al teniente general, quien rápidamente compra la idea, como parte de una empresa para perpetuarse en el poder.
La condición que le pone Massera [quien sigue tejiendo los hilos del poder], es llamar a elecciones en breve.
Muchos militares y sus aliados civiles, ven en Malvinas la jugada estratégica para perpetuarse en el poder a través de elecciones. A tal efecto, Massera le da mas forma a su "movimiento político" fundando mas tarde el partido para la democracia social.
Recordemos: el 30 de marzo de 1982 la CGT convoca a la Plaza de Mayo, bajo el lema de Paz, Pan, Trabajo.
Es el primer episodio de huelga con alto acatamiento, y movilización.
Hubo serios incidentes entre las fuerzas armadas y los manifestantes.
Podría haber sido un punto bisagra, pero con las previsiones del caso, el desembarco en las islas era cuestion de horas. Es así que el 2 de abril de 1982, se produce el desembarco y toma de las islas.
Allí la cosa cambia, la "supuesta recuperación" se vive como un triunfo futbolero.
Se convoca a la plaza de mayo, y se lograr gran adhesión.
La pregunta es cuan "natural" o "espontánea" fue la concurrencia a la plaza, y cuan "mayoritaria" fué.
Allí Bosoer, esgrime con gran acierto la necesidad de alguna alegría. Entendible, y trazando un paralelismo con el mundial 78, perfectamente viable.
En ese punto, se produce un desdoblamiento de la sociedad porteña, bonaerense y del [des]gobierno de turno.
¿Por-qué? Son ellos mismos, quienes se autoalimentan del supuesto fervor de la tribuna, que mira la guerra a miles de kilómetros. El concepto de patriotismo, es un germen que circula por el aire e invade todas las radios, todos los canales. Tenemos comunicados oficiales, donde se habla del "teatro de operaciones navales". Todas las voces apoyan esta supuesta gesta épica.
Pero, reconoce Bosoer y apoya Bleta, que aquellos que ponían en tela de juicio lo actuado, aún en las escuelas, y en los lugares de trabajo era tildados de apatridas y/o traidores.
Lo que vino después fue todo lamentable. La miopía geopolítica militar argentina, era digna de un cuento de Fontanarrosa, donde hinchas en curda tejen un plan para llevar a Deportivo Sacachispas del ascenso a la copa Libertadores en 72 horas.
Y eso lo recuerdo, por ser clase 63. Por suerte increiblemente acomodado, me tocó hacer la colimba en el circulo militar de Plaza San Martín, e hice la instrucción con el GADA 101 [Grupo de Artillería de Defensa Aérea] de Castelar. Mi batería fué a combatir, pero iban los soldados viejos y algunos de los nuevos.
Lo recuerdo perfectamente: estabamos haciendo la instrucción en el Hogar Ntra.Sra. de Fátima de Ingeniero Maschwitz [Bs.As.], y el subteniente Jasson, aparece tarde a la formación y nos advierte de su tardanza, aclarando que "le habíamos tocado el culo por tercera vez al león inglés".
Ni bien pronunció esas palabras, pensé "cagamos, una guerra con los ingleses. ¡Justo cuando hago la colimba?"
Ahicito nomás se interrumpió la instrucción, todos al cuartel.
No sabía que carajo iba a pasar con nuestro grupo de 30 tipos, supuestamente destinados al Círculo militar de Bs.As. Creía que el acomodo, se iría a la merda.
Pero tan nefastos eran estos milicos, que ni siquiera en eso fueron cuerdos.
Mientras el resto se alistaba, nosotros, los nenes de mamá ibamos a custodiar la plaza San Martín.
Si bien era mejor para nuestra integridad, se debatía en el interior de varios que hacer.
Y fuimos como tres soldados, los que pedimos volver al cuartel. No hubo caso.
Esta microhistoria sirve como botón para una muestra sobre el desastre acaecido.
Hubo tipos que lucharon como pudieron, mostrando una hidalguía poco usual, oficiales que compartieron el morfi con la tropa [como debe ser], y otros que fueron gallinas. Me refiero a los milicos de carrera, no a los pobres soldados que hacían lo que podían.
Y en el círculo militar, las historias de la "guerra fácil" esa que se vivió a lo lejos: escuchar a los milicos decrepitos, que iban a la peluquería, así como al pasar, tiraban frases matadoras: "los estamos aniquilando", "que vengan nomás", "la bandera argentina jamás fué atada a ningún carro vencedor", etc.
Otras peores, eran suponer que EE.UU. nos apoyaría, y que Rusia y China serían neutrales.
O que los ingleses no vendrían nunca.
Vuelvo a la clase saturnina, esta vez dictada por Bosoer. Es la primera vez, que escucho a alguien hablar desde la racionalidad de un tema tan duro. Digo esto, porque me pone de la nuca, escuchar la marcha de Malvinas en los actos, y reivindicar esa locura como una gesta heroica.
Por eso aprovecho para recomendar el libro que sacará Capital Intelectual "Malvinas, capítulo final: guerra y diplomacia 1942 - 1982". Serán dos fascículos que saldrán juntos a la venta. Imperdibles, como las clases de Bleta y González Lebrero.