Las cosas nunca son casuales.
Este domingo acompañando el triatlón que corría Tini en Gaiman y mientras estaba preparando todo para tirarse al río y nadar 1000 metros, me doy vuelta y me topó con una cara conocida. Hacia como 6 años que no lo veía, y nuestro último encuentro había sido en una cancha de golf. Estaba no con el golfista, sino con el triatleta Mauricio Testoni. Vestido con traje de neoprene, y con algunas chapas voladas, pero con la mirada de siempre. Nos confundimos en un gran abrazo, y partieron hacia el inicio de la carrera.
Una vez finalizados los 26 kmts. [1 nado, 20 de ciclismo y 5 de pedestrismo], volvimos a conversar, y tuvimos el gusto de tenerlo morfando en casa. Viendo fotos, revisando palos de golf, armando proyectos patagónicos para la difusión del noble deporte, pero bregando por la libertad de hacer alguna disciplina con la cabeza y con el cuerpo.
El tiempo pasa, pero ciertas personas no cambian. Ni tampoco la distancia, fué como estar con un viejo amigo, que hacía un ratito nomás que no veíamos. Además compartió toda su experiencia ciclística, y le prodigó algunas pautas a la "pequeña" Tini.
Un domingo a full, presagio de un inicio lectivo a todo trapo.
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