En Memorias del subsuelo, Fedor Dostoievski fue indulgente con la mentira:
"Lo habitual es mentir por pura amabilidad,
para agradar al oyente,
para producirle una grata impresión estética".
El español Antonio Machado otorga ambigua tonalidad a la proteica naturaleza del embuste:
"Se miente más de la cuenta
pero también la verdad se inventa".
Por encima de esta (literal) interpretación, parece cierto que suman mayoría los estudiosos de conductas sociales que coinciden en un punto:
Ser impostor y disfrazar la realidad
hasta el paroxismo fabulario
e' una de las vocaciones
de este bestial ser humano.