Evocamos la figura del periodista Ignacio Ezcurra.
El joven periodista contaba con 28 años, y el propio Ignacio propuso en la redacción del diario, cubrir la guerra. Su jefe respondió.
- Está bien, Ezcurra. Decirlo es fácil. ¿Pero quién se anima a ir?
Sin dudarlo, Ezcurra redobló.
- Yo iría.
Así partió el joven periodista, que había tenido su paso por la Universidad de Columbia, gracias a una beca de la Sociedad Interamericana de Prensa.
Ignacio intuía que aquella guerra de Vietnam, encerraba infinidad de detalles, que no se daban a conocer.
Y allí fue, con su cámara, su máquina de escribir, y su fantástico don para narrar, reparando en infinidad de detalles que a la mayoría de los mortales, se nos pasarían por alto.
El 8 de mayo de 1968, sería el último día de su vida.
El jueves 9 de mayo LN publicó un artículo, sin saber que sería póstumo.
Días después corroboraron aquello que sospechaban por el silencio del corresponsal, sumado a testimonios, y a una letal radiofoto.
¿Quienes asesinaron a Ignacio?
Gran interrogante ...
Aconsejamos la lectura del libro de Sara Gallardo - Hasta Vietnam, publicado por Elefante Blanco, bendita editorial.
Pero la figura del periodista que se mueve para conocer la gente, en medio del desastre, retratarla, pintar la aldea, e investigar sobre aquello que se da como una verdad inmutable, es la esencia del laburo que hizo este caído en combate.
Infinidad de notas se publican por estos días sobre Ignacio.
Recomiendo a viva voz, la de Encarnación, su hija, que viajó a Vietnam.
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