Así como solemos evocar la contribución de artistas contemporáneos a la música, hoy lo haremos con Bartolomeo Cristofori, nacido el martes 4 de mayo de 1655 en Padua, perteneciente por aquel entonces al Reino de Venecia.
El buen Bartolo sin exagerar, cambió por completo la historia de la música. En sus comienzos, estuvo cerca de un luthier de violines. Tiempo mas tarde, el clavicordio, captó su atención durante largo tiempo, porque Cristofori buscaba mejorar el estridente sonido metálico del clavicordio, mezclandolo con las celestiales cuerdas del arpa. De esta conjunción surgiría el arpicémbalo, mezcla de arpa y clavicordio.
El nuevo instrumento lograba sonidos mas sostenidos en el tiempo, que podían sonar suaves o fuertes, según la digitación de las teclas. La sociedad prefirió denominarlo piano e forte, describiendo la intensidad de los sonidos que podia lograr.
Para luego abreviarlo tal como lo conocemos en nuestros días, piano.
Nuestro reconocimiento entonces, al gran Bartolomeo Cristofori, quien supo poner el abanico de notas a nuestras disposición, repartido entre blancas y negras.
Un invento revolucionario que sigue sonando y mejorando nuestras vidas.
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