Poca gente logra adivinar los pensamientos in pectore que uno elucubra.
Es el caso de Huguito Paredero, quien nos acompaña con sus múltiples, afamados e inocentes "Parrafus Interruptus".
Días pasados ganó otro de los habituales dueños del podio, si mal no recuerdo un tal Marcelo, el que labura en una empresa de seguridad haciendo las veces de guardia. El tipo acertó la lectura del Parrafus en un interruptus corto. La autora de La Señora Ordoñez es Marta Lynch, y lo destacable es que nuestro animador ofrecele al ganador un libro dedicado por la autora al ganador, pero Marcelo opta por cualquier otro libro, ya que no se lleva de perillas con Lynch. Aduce tener prejuicios.
Celebro la sinceridad del lector, quien pese a esta aversión, no dudó en identificar a la autora, y en ser honesto y optar por otro libro.
Son las pequeñas grandes sorpresas que nos deparan Huguito y su accionar. Un programa que se hace de a multitudes solitarias, donde intervienen no solo lectores, sino los escuchas de oreja fina, donde merced a prestar atención, detectan en la lectura el estilo de tal o cual autor.
Vamos por mas de la centena de programas y no hubo necesidad de repetir autores, otro fino detalle de nuestro amigo el Hugo Paredero. Recuerdo aún sus columnas en la mítica Revista Humor, cuando esta era una joya que devorabamos en ciertas y determinadas casas. En nuestro caso la leiamos cuando otro lector aguerrido se disponía a compartirla, siempre nos la pasaba un marino retirado, que era fana de la revista. Cosas raras, pero que se dan.
Hay programas que agregan aire a nuestro maltrecho eter. El caso de Parrafus, como también el de Soltando Pájaros [Atilio Bletta y Rodolfito González Lebrero], o el de Albino Gómez y Clara Rocca [El taller de las Palabras], hacen que uno siga queriendo elegir la radio como un medio de comunicación irremplazable y a la vez querible.
Toda esta gente logra torcer algunos mitos: que la historia es aburrida [Atilio et Rodolfo], la lectura de verano debe ser livianita [Huguito], de que sirve hablar bien [Albino y Clara].
Esta gente, sus equipos de trabajo y su pléyade de radio-escuchas hacen mas confortable la cosa, y son esos pequeños gustos de saber que aunque uno puede estar "piantau", hay otros locos lindos.
A modo de convite, y siguiendo los consejos de aprovechar el período estival para tener lectura virulenta, saqué los siguientes brolis:
Madame Bovary de Gustave Flaubert.
Novelas y Cuentos Completos de Roberto Arlt - Tomo I, Edición de Compañía General Fabril Editora, edición de 1963 [El juguete rabioso y Los siete locos].
Introducción a la Sociología de Ely Chinoy, Editorial Paidós, edición de 1960.
En estos menesteres también Gustavo Horacio Díaz [el loco de la música y los brolis] ayuda a mantener en alto la autoestima. Tarea ciclópea, máxime en estos tiempos.
En esta navidad en particular recuero el lema de un poster que tengo en el boliche:
"Leer te ayuda a crecer".
Feliz Navidad a la gente de buena voluntad!
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