Eran cinco. Dos se cubrían con capuchas. Otro llevaba un traje gris, otro un delantal de médico y por último, uno lucía una peluca rubia y se hacía llamar "Susana".
El de traje gris parecía demasiado seguro para la circunstancia en la que se encontraba. No se lo notaba nervioso.
Tomó el handy de uno de los guardias del local y se dirigió a uno de los 200 policías que rodeaban el banco.
"Sacame la gente que tenés en el techo porque te mato un rehén en vivo y en directo". Y arrancaba una odisea de interminables ocho horas.
Aquel robo tuvo lugar el 13 de enero de 2006 en la sucursal del Banco Río de Acasusso, San Isidro.
23 personas fueron tomadas de rehenes durante toda una tarde.
Afuera, uno 200 policías urdían planes pa' desbaratar a la banda.
Nadie se imaginaba lo que ocurría adentro.
Parecía un robo frustrado, pero lo cierto era que los delincuentes sí tenían El Plan Perfecto: escapar en dos gomones por los desagües subterráneos.
Durante todo el tiempo que permanecieron adentro del local, pidieron pizza y gaseosas y le cantaron el feliz cumpleaños a una de las rehenes.
Cuando la policía se decidió a entrar al banco, sólo encontraron a los rehenes, el túnel por el cual huyeron los ladrones, armas de juguete y una nota que decía
"En barrio de ricachones, sin armas ni rencores. Es sólo plata, no amores".