La artista tucumana falleció este viernes 13 de julio, a los 92 años.
Su obra musical más destacada perteneció el folclore, y refleja la cultura popular y la problemática social de su tiempo.
Junto a la escritora y cantante María Elena Walsh, integró el dúo Leda y María en 1951.
Al año siguiente se instalaron en Francia y comenzaron a trabajar con canciones folclóricas de tradición oral, como carnavalitos, bagualas y vidalas.
En París se relacionaron con otros artistas y grabaron sus primeros álbumes, en los que incluyeron temas propios como "Dos palomitas" y "Huachi tori". También sumaron composiciones de Atahualpa Yupanqui, de Jaime Dávalos y de Rafael Rossi.
De regreso al país, en 1956, Leda y María realizaron una extensa gira por el norte argentino, en donde reunieron varias canciones que fueron grabadas luego en sus dos primeros discos: "Entre valles y quebradas" I y II, ambos de 1957.
En una de sus últimas entrevistas, Leda Valladares contó cómo y cuándo descubrió la música del noroeste, las bagualas, las vidalas y otras melodías. "Durmiendo. Estaba en Cafayate, Salta. Era una noche de carnaval, yo tenía 21 años y allí descubrí la baguala. Me desvelaron tres mujeres que se detuvieron frente a mi balcón. Yo nunca había oído hablar de la baguala y entonces me parecía que tenía que ser algo muy misterioso, muy poderoso. Después de escucharlas me prometí recuperar semejante regalo de la tierra".
Acerca de la voz y el canto, leemos en su libro "Cantando las raíces"
"... Cuando el canto pierde rugidos y lamentos, magia y sabiduría ancestral, se perfeccionan proezas, la voz se decolora y se convierte en un juego estético o simple pasatiempo. Las triviales modas de lo popular, la solapada búsqueda de agradar al soberano y adormecer el gusto propalan todos los vicios del cantor aceitado y bucodental, así pasamos al canturreo híbrido que nos inunda y anestesia".
Leda y María dieron muchos frutos, aún después de continuar por caminos separados: mientras Valladares reivindicaba el valor del indigenismo y del folclore puro, en el sentido de la creación anónima; Walsh se inclinó a la creación de nuevas expresiones, alimentándose de las raíces, pero sin estar restringidas a ellas, orientándose por los valores de la justicia social, el feminismo y el pacifismo.
Se habrán reencontrado en el cielo. Y estarán cantando.
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