El lunes 11 de noviembre, la Iglesia Evangélica Metodista Argentina, IEMA, emitió una declaración pública sobre el atentado a la Primera Iglesia Metodista en la ciudad de Buenos Aires donde también se hace referencia al templo metodista incendiado en Rosario 43 días atrás.
Repudiamos este hecho, nos solidarizamos con nuestros hermanos metodistas, y bregamos para que hechos como este no se repitan. Porque cuando se profana un templo, se atenta contra nuestras creencias mas profundas, es mucho mas que un golpe físico.
Compartimos la declaración de la IEMA
Un nuevo ataque vandálico ha recibido la Iglesia Evangélica Metodista Argentina.
Esta vez lo sufrió el templo de la Primera Iglesia Metodista ubicada en el corazón de la ciudad de Buenos Aires, Corrientes 718, el pasado 9 de noviembre.
Se produjeron destrozos, profanación de su altar y serios daños a su tradicional órgano de significativo valor histórico.
Este templo metodista es el primer edificio Metodista de Sudamérica. Es casa de encuentro donde se reúnen los creyentes para celebrar su fe y servir al prójimo, y donde se predicó el evangelio por primera vez en castellano, ejerciendo el debido derecho de hacerlo en el idioma del pueblo, que luego se extendió a todas las iglesias evangélicas.
Lamentablemente, en el caso de la Iglesia Metodista Argentina, es el segundo templo que sufre un ataque atroz. El primero fue en la ciudad de Rosario, pocas semanas atrás, cuando uno de nuestros templos fue incendiado de manera intencional.
Nos duele y rechazamos esta actitud de intolerancia que afecta a la convivencia democrática en nuestro país, que ha conmocionado, no sólo al pueblo metodista sino a todos aquellos que procuran vivir en un clima de respeto ciudadano.
Lo hecho nos entristece sobremanera porque no creemos en el camino de la violencia que degrada a las personas y sus convicciones. El odio y la venganza no pueden ser la última respuesta. Por lo tanto, exigimos al Estado argentino celeridad en la investigación de estos dos ataques a nuestros templos religiosos. La sociedad necesita verdad y justicia sobre estos hechos.
Reiteramos nuestra convicción de que hay que perseverar en los caminos de la construcción democrática de nuestra sociedad argentina. Nos mueve como Iglesia Metodista Argentina la vocación cristiana de aportar al desarrollo y afianzamiento de la vida democrática en nuestro país. Porque creemos en Jesucristo, nos animamos a proclamar la esperanza de que el amor inunde nuestra sociedad y prospere el diálogo y el respeto hacia todos.
Agradecemos las innumerables muestras de solidaridad que nos hacen llegar, las que también se convierten en un reclamo por conocer la verdad en el marco de la justicia.
“Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” (San Juan 8:32)
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