miércoles, enero 06, 2016

De zapatitos, camellos e infusiones

Saludo y comparto sorpresa que nos depararon los zapatitos que dejaramos al pie del arbolito.
Porque a los Reyes, les dejamos agua y pasto para sus camellos, pero a ellos les convidamos unos cimarrones.
Esto se logró, merced a que uno sigue laburando, y como ingresamos temprano al yugo, tuvimos esta oportunidad "particular".
Porque en muchas casas, amén de las cartitas, les suelen dejar estos obsequios, como para que sigan su camino, reconfortados.
Pero, toparse con una parejita que los esperaba sentados en el sofá de casa, vestiditos, y con una especie de alforja, que en rigor de verdát era una matera, se conmovieron. Primero nos miraron con asombro, como si quisieramos timarlos para quitarles algo del oro que llevaban. Pero como no son tipos desconfiados, luego del saludo, corroboraron que era sincera la cosa. Toncé, mientras los camélidos se abastecían, logramos un breve intercambio de palabras.

El primero que osó amarguear, fue Baltasar, el mas simpático y atrevido de los tres.
Hubo una breve explicación, en arameo básico, acerca de como succionar la infusión, bombilla mediante.
Pero, como son muy duchos, cazaron al vuelo el método, y se fueron acriollando.

En medio del brevísimo encuentro, mi Cristina, cargó en el spotify de su fonino el candombe del 6 de enero, y ahí nomás los Reyes, le pidieron "la versión original, la de Yabor".
Nos miramos azorados, por el conocimiento actualizado de estos santos varones, y mientras sonaban los acordes, estos se sentaron sobre el sofá, y el que pasó a cebar la ronda fue San Baltasar.
A medida que el tema transcurría, movían los piececillos, marcando el ritmo con real precisión oriental.
En ese momento, atinamos a preguntarles sobre el carácter de magos, a que se debía.
Ahora fue Melchor, quien tomando la palabra, y sin soltar su alforja de oro, nos explicó que en realidad, había un problema de traducción, algo que ellos habían reclamado para subsanar la confusión. Porque en latín, ellos eran rex magnum, pero que la n hubo de olvidarla algún copista remolón, y que Gutemberg mediante, se popularizaon como magus. "Pero, en definitiva, a esta altura de los hechos, poco nos importa. Seguimos peregrinando, que es nuestro modo errante de vivir. Somos reyes mendicantes, especies de Juanes sin tierra, pero bien misericordes".

Quedamos azorados del grado de certeza que había en sus palabras.
Ahora Baltasar, acomodaba la bombilla, y nos extendía el matienzo, y discretamente preguntaba si no se podría calentar el agua ..
Confirmamos que los tipos son unos magos. Luego de proceder a calentar la pava, les convidamos abriendo una rosca de reyes, y clamaron al unísono:
- "¡Nuestro rosca predilecta!".

A esta altura del partido, ya nos sentíamos como chanchos con este genial trío, pero debíamos partir.
Nos pal laburo, y ellos a continuar con su luminoso derrotero.
Les preguntamos si nos les daba "miedito" pasar por Oriente, y nos sorprendieron. Nos dijeron que allá, mas que violencia, hay una gran injusticia. Pero como hombres de fe, afirmaron que este año, serán mas misericordes que el anterior. Y esa medicina calma muchos dolores.
Nos despedimos con mucho afecto, y hasta nos dimos el lujo de hacerles un presente: Baltasar se colgó la matera cual morral, montó su camélido y lentamente avanzaron por la Eva Perón, y al llegar a la Ruta 3, ellos rumbearon pal norte, y nos pal sur.
¿No son unos magos?

3 comentarios:

Cristina dijo...

Que lindo!!!!!!!!! por un instante me parecio estar en el medio de ese "luminoso" encuentro!
Gracias!!!!
Cristina

Crisitna dijo...
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José Antonio Borello dijo...

Ches..... qué encuentro más interesante! y en arameo! el mate sirve para todo ojalá haya más de esos encuentros!

gran abrazo

Pepe